Experimentado capitán de las tropas que vigilan las fronteras del norte de Mirianis.
De rasgos toscos y el rostro cubierto por una poblada barba negra, Sad es un miriense con más de una década de servicio a sus espaldas. De pocas palabras y semblante serio, se preocupa más por el bienestar de sus hombres que de lograr grandes éxitos en la guerra. De familia humilde con profundas raíces humanas, Sad ha compaginado su carrera militar con el servicio a la iglesia, pues es un fervoroso seguidor de la diosa Arastu.