Los libertos son uniformemente altos y de complexión muscular. Sin un sólo pelo y carentes de pigmentación, son distinguibles sólo por su sexo; por lo demás, todos los libertos parecen exactamente iguales. Para desafiar este rasgo genético, los libertos decoran sus cuerpos de la cabeza a los pies con tatuajes muy elaborados, consiguiendo así un cierto grado de individualidad. Los varones se visten con sandalias y taparrabos; las hembras, con túnica corta, taparrabos y sandalias.