1. Quests

Oscuridad en los Campos Gladios

Completed
Exploración e investigación

IMAGEN: interior del templo del Dwimmerhorn, donde Angélica Tuk y Anduolin se internaron y escucharon los planes de Unknown, el servidor de la Sombra.


Concluida La Asamblea del Bosque, la Compañía Errante abandona el Salón del Bosque (Wuduseld), dirigiendo sus pasos a Rhosgobel, donde se encontrarán con Radagast el Pardo; el mago, ante los últimos acontecimientos y lo que los miembros de las compañías de aventureros le contaron, ha recabado algo de información (lo que hace que tarde varios días en aparecer por Rhosgobel) y sospecha que parte del mal que atenaza la región no proviene de muy lejos. Cuenta con la Compañía Errante para que recabe más información.

La compañía llega al Salón de la Montaña (Firienseld), donde se reúnen con Hartfast, hijo de Hartmut, el caudillo. Éste tiene problemas propios con ataques de los trasgos, y no puede dedicar mucho tiempo a las preguntas de la compañía; no obstante, la compañía sabe ganarse la confianza del caudillo y ofrecen ayuda (especialmente con los consejos de Álaric el Loco) con respecto a los problemas del propio salón. Esa misma noche son asaltados por una pequeña patrulla de trasgos.

Hartfast les dirige hacia los Campos Gladios, contándoles que algunos de sus cazadores han informado de extrañas visiones en tan desagradable lugar. Insta a la compañía a contactar con Magric el Trampero, un cazador de la región al que no tiene en buena estima, pero reconoce que es quien mejor puede servirles de guía en las marismas.

La compañía se encuentra con Magric el Trampero, quien les guía hasta la zona de los Campos Gladios donde podría estar el Dwimmerhorn, la fortificación que están buscando. Sin embargo, Magric el Trampero realmente está al servicio del Enemigo, y cuando están cerca, les traiciona delatando su posición cuando una partida de orcos estaban siguiendo a Walar, un Hombre del Bosque que ha logrado escapar de allí. Walar mata a Magric mientras la compañía le defiende de los orcos; luego, les explica cómo Magric le traicionó también a él y les informa lo que ha visto durante su cautiverio.

Los compañeros concluyen que deben entrar en el Dwimmerhorn y ver que ahí allí para poder informar a Radagast el Pardo, pues irse ahora sin más supondría no llevar los datos que el Pardo podría necesitar. En una soberbia demostración de sigilo y valentía, Angélica Tuk entra la primera, seguida por Anduolin y Lysithea, quienes cubren a la hobbit. Así, consiguen llegar al templo del recinto. Entran y escuchan a Ghor el Saqueador, líder de los orcos del bastión, hablando con un humano desconocido y un cadáver que se encuentra en el suelo entre los dos. El orco comenta que las tribus de orcos se impacientan y quieren guerra; el humano indica que hasta no conocer los secretos del arma más poderosa de la Tierra Media sería imprudente mostrarse. El cadáver habla finalmente diciendo que las tribus deben esperar un poco más, que doblen las patrullas y que los secretos de ese arma están casi a punto de ser desvelados para él. Termina esta charla y el templo queda vacío. Angélica Tuk y Anduolin han quedado dentro, y descubren que aquello que hacía fulgurar una luz verdosa es una enorme cadena (la Cadena de Thangorodrim).

Los sortilegios que Radagast el Pardo lanzó sobre la compañía terminan por delatar su presencia, y deben salir de allí a toda prisa. Escapan por las marismas, pero son perseguidos. Acaban con una avanzadilla, pero cuando están a punto de ser alcanzados por una partida de orcos mayor, Gaerthor hace acto de presencia, salvando a la compañía y saldando así la deuda que tenía pendiente con Hastur el Sabueso.

La compañía descansa en Firienseld una noche y luego vuelven raudos a Rhosgobel para informar a Radagast el Pardo de todo lo que han descubierto.