Remove ads by subscribing to Kanka or enabling premium features for the campaign.

  1. Notes

Mitología de los Condenados

Lore

Índice

I. Primer Vampiro, primer asesino

II. Generación

  1. Diablerie
  2. Comprender las Generaciones

III. Gehenna

IV. Golconda


Primer Vampiro, primer asesino

«Respondiole Yahveh: “Al contrario, cualquiera que matare a Caín, será castigado siete veces”. Y el Señor puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrare lo matara.»

— Gn 4:15

Siguiendo estas palabras, muchos vampiros remontan sus orígenes a tiempos bíblicos. Caín, hijo de Adán y hermano de Abel, mató a su hermano como sacrificio a Dios, y tras hacerlo fue expulsado, convirtiéndose en el primer vampiro al retirarle el Señor Su gracia en el exilio.

A partir de ese punto, la historia cambia en varios momentos, pero la mayoría de eruditos, escatologistas, sacerdotes y especuladores de la Estirpe están de acuerdo en este punto inicial. Caín, como Primer Vampiro, erró por la Tierra de Nod, donde al final transmitió su maldición, Abrazando a quienes serían considerados como la Segunda Generación. Sus nombres se perdieron, o apenas se conocen (los nombres sobre los que hay mayor consenso son Enoch, Irad y Zillah) y ellos, a su vez, engendraron la Tercera Generación, quienes se convertirían en los Progenitores de lo que la Estirpe llama hoy día Clanes.

La relación de los hechos de la vida de Caín, su maldición, y sus dificultades posteriores, se encuentran en el Libro de Nod, un documento tan cercano a la “Biblia vampírica” como la Estirpe es capaz de producir. El propio libro contiene tanto mito como verdad: varias ediciones de relativa fiabilidad han aparecido a lo largo de los milenios desde la muerte de Abel, desde bastas tabletas de arcilla a la versión más ampliamente aceptada, recopiladas por el renegado Aristotle de Laurent y distribuida por sus protegidos y aliados. Incluso la versión de Aristotle está bajo sospecha, pues contiene apócrifos de la Estirpe de múltiples fuentes, y en su totalidad tampoco puede ser original. Sin embargo, como objeto de fe, mueve las mentes y los corazones de muchos Vástagos, desde fieros sacerdotes del Sabbat a espirituales discípulos de la Camarilla, pasando por devotos Anarquistas.

Largo tiempo han buscado los Vástagos a Caín, aunque ninguna fuente fiable ha visto al Primer Vampiro desde tiempos bíblicos y puede probar su origen. Aun así, se han producido avistamientos de Caín a lo largo de los años, pues los Vástagos buscan cualquier símbolo de fe que los mantenga firmes en su desesperación o en su terror. Igualmente, de vez en cuando reaparecen fragmentos del Libro de Nod en algunos dominios o en antiguas ruinas, los cuales encuentran su camino hacia las manos de la Estirpe.

Todo la cuestión de Caín y el Libro de Nod es como un barril de pólvora cada vez que vuelve al primer plano en una ciudad. La Camarilla en general cree que el mito es sólo eso: una parábola con alguna base real, pero en su mayor parte simbólica. El Sabbat se toma todo el asunto bastante literalmente, y su fe en las profecías apocalípticas (muchas de las cuales provienen del mismo Libro de Nod) no ponen freno a la lucha. El asunto de Caín es una religión entre los vampiros, por el que se lucha con el mismo fervor, intolerancia, devoción, orgullo y miedo que conllevan todas las cuestiones de la fe.

¿Cómo es, pues, que una base de la historia de Caín sobrevive aún hoy en día? La respuesta es simple: la potencia de la Vitae de un Vástago refleja la distancia en la genealogía de Abrazos que lo separan del Primer Vampiro.


Generación

Entre los vampiros, la noción de Generación es un concepto que describe la distancia que los separa del Primer Vampiro. Cuando un Vástago concede el Abrazo, el Chiquillo se alza de entre los muertos con una Generación superior: una Generación más separado de Caín. Los Fundadores de los Clanes conformaban la Tercera Generación, su Progenie se convirtió en la Cuarta Generación, sus Chiquillos en la Quinta, y así hasta llegar a la Decimotercera Generación, la más corriente actualmente entre los Neonatos.

Esta explicación puede generar confusión, no obstante. “Tercera Generación” implica que estos Antediluvianos se encuentran tres pasos separados de Caín, pero la mitología más común nombra sólo dos. Si el propio Caín no es la “Generación cero”, ¿de quién está él separado una Generación?

La Generación determina en gran medida el potencial de un Vástago. El dominio de algunas Disciplinas, por ejemplo, depende de un umbral de Generación, como también la habilidad de acumular vastas cantidades de Sangre dentro del cuerpo de un vampiro. Algunos Vástagos realmente antiguos sólo necesitan alimentarse cuando les apetece; tan grandes son sus reservas de Vitae.

Diablerie: Amaranto

Junto con el avance de las Generaciones viene un precio, sin embargo. La Generación equivale al poder en bruto, y aquéllos de Generaciones más altas buscan el poder de sus Antiguos. Al saciar la sed con la Sangre del corazón de un vampiro de Generación inferior (beber el alma de un vampiro es un crimen llamado Diablerie) un Vástago puede reducir su propia Generación.

Naturalmente, los Antiguos odian y temen la Diablerie, aunque a muchos Neonatos y Ancillae les sorprendería descubrir cuántos Antiguos alcanzaron su Generación destruyendo a sus propios Sires y Antiguos. También llamada Amaranto, la Diablerie es el mayor crimen que un Vástago puede cometer contra otro vampiro... al menos en algunas circunstancias.

En otras, la Diablerie no sólo se permite, sino que se alienta. Por ejemplo, un Príncipe que declara una Caza de Sangre a menudo decreta que quienes Diabolicen al condenado queden perdonados. Aún más, en el Sabbat y en algunos dominios Anarquistas la Diablerie es un método aceptado (e incluso honrado) de promoción y avance. Después de todo, si un vampiro permite que lo Diabolicen, se deberá a que era demasiado débil para usar eficientemente su poder.

Comprender las Generaciones

Pese a que las Generaciones como tales sólo tienen un número limitado de graduaciones, el significado de la Generación está más allá de un simple número ordinal. Algunas implican ciertas distinciones sociales entre los Condenados, pues la Generación de un Vástago lo seña la para un vasto y espantoso destino o como heraldo de un terrible hado.

Segunda Generación

La versión más ampliamente reconocida del Libro de Nod afirma que el total de Vástagos de la segunda Generación es de tres. En sus crónicas, Caín Abrazó a estos inefables Ancianos para que moraran con él en la gran ciudad de Enoch y le dieran consuelo. Habida cuenta de que el apodo de la Tercera Generación es el de “Antediluvianos”, los Vástagos que indagan en estos asuntos asumen que la Segunda Generación fue asesinada durante el Diluvio, o en las guerras fratricidas que lo siguieron.

Como podría suponerse, los suficientemente antiguos son reacios a hablar de sus Sires y de los conflictos que los enfrentaron. Sin lugar a dudas, algunos de ellos saben más de lo que dicen. Si alguno de la Segunda Generación siguiera existiendo hoy en día, se trataría de un ser de increíble poder.

Algunos Clanes afirman que sus Progenitores son de hecho miembros de la Segunda Generación y no de la Tercera, como se les supone a los Fundadores de los Clanes. Estas afirmaciones se ven como cualquier cosa desde un alardeo jactancioso a la peor de las herejías por quienes dan gran importancia al origen de la Estirpe.

Tercera Generación

Se cuentan terribles historias de la Tercera Generación. Actualmente, se los denomina Antediluvianos y son los Fundadores de los 13 Clanes. Si alguno de ellos sobrevive aún, permanece oculto, escondido tras los estragos de la Jyhad. Es posible que todavía existan, en su conjunto o sólo como una parte de su número original, pero ahora, en lugar de luchar abiertamente como relata el Libro de Nod, moran en un conflicto más profundo. De hecho, la Jyhad parece ser su principal compromiso, pues continuamente desbaratan los planes de sus rivales.

Las actuaciones que emprenden los Antediluvianos van desde acciones pequeñas como la adquisición de una obra de arte hasta grandes planes que involucran naciones enteras, y tan sutiles son estos inhumanos maestros vampiros que casi ninguna de estas maniobras puede identificarse como los actos de uno de estos Ancianos. Llegados a este punto, los miembros de la Tercera Generación son completamente ajenos, divididos como están entre quienes quisieran compartir el mundo con los mortales y quienes quieren rehacer el mundo para que tiemble bajo su mirada. Por otro lado, algunos miembros de la Tercera Generación pueden haber alcanzado la Golconda o pueden intentar ayudar a otros a alcanzar este estado. Por supuesto, también ellos juegan en la Jyhad con los otros Ancianos que no quieren que esto suceda.

Los vampiros de la Tercera Generación son seres terribles, con habilidades y poderes que sus inferiores sólo pueden imaginar, y han sido Vástagos durante tantos eones que han abandonado completamente sus perspectivas como mortales. Hay quien dice que sólo pueden sufrir la Muerte Definitiva si así lo desean o si los mata alguien de igual poder. ¿Es acaso esto la Jyhad, una maniobra para ver quién será el último de su estirpe?

Cuarta y Quinta Generación

A estos vampiros se los conoce como Matusalenes y son casi tan poderosos y recelosos como los Antediluvianos. Aquéllos de la Cuarta y la Quinta Generación a menudo son los aliados, agentes o peones más poderosos de la Jyhad, pues su poder casi alcanza la reputación del de los Antediluvianos. Como consecuencia, su número ha menguado a lo largo de los milenios de conflictos unos contra otros, y contra seres mayores y más oscuros. Pocos de esta Generación permanecen activos: algunos buscan refugio en el Inconnu o en la Tal’Mahe’Ra para evitar la Jyhad y la Diablerie.

El Círculo Interior de la Camarilla se dice que está compuesto de varios Matusalenes, y algunos piensan que las Sectas de hecho tienen como propósito embotar los esfuerzos de la Tercera Generación por manipular a los Vástagos más jóvenes. Pese a que el poder de Caín se reduce considerablemente tan lejos de la fuente original, los vampiros de la Cuarta Generación aún son extremadamente poderosos, como dioses a los ojos de los mortales o los vampiros jóvenes.

Sexta, Séptima y Octava Generación

Los vampiros de estas Generaciones son los que más habitualmente se describen como Antiguos. Sus movimientos rigen las acciones de las Sectas más numerosas (al menos, según ellos) y, entre los suyos, copan la mayoría de cargos oficiales. Quienes se mantienen en posiciones visibles acostumbran a ser figuras importantes: líderes de Clanes o Líneas de Sangre, Príncipes, Primogénitos, Obispos, Arzobispos, Barones Anarquistas y los Autarcas más destacados. Muchos Príncipes de ciudades europeas acostumbran a ser de la Sexta Generación; los de ciudades de América, de la Séptima u Octava.

De forma coloquial, los miembros de la Octava Generación son los últimos Vástagos descritos como Antiguos por aquéllos de incluso mayor edad. Quizás se debe a que la mayoría de ellos fueron creados antes de la época moderna, hecho que se hace evidente en su comportamiento y en su porte. Aun así, quizás no sea más que un seco sarcasmo dirigido a alguien que se encuentre en un rango inferior al del un irascible Matusalén.

Novena y Décima Generación

Pese a que a veces los llaman Antiguos, a menudo estos Vástagos se cuentan también entre los miembros de las Generaciones más jóvenes, sobre todo en el Nuevo Mundo. Los miembros de estas Generaciones con frecuencia son llamados Ancillae, aunque este término suele basarse más en la edad y en los méritos que no sólo en la Generación. Muchos fueron creados en épocas modernas, y por esta razón son en parte ajenos al carácter de Vástagos más antiguos. En más de un sentido, son el puente que une el abismo entre los Neonatos y los verdaderos Antiguos.

Undécima, Duodécima y Decimotercera Generación

Las Generaciones más recientes de vampiros a menudo reciben el nombre de Neonatos. Muchos de los Vástagos de las noches actuales pertenecen a ellas: pueden superar a las Generaciones más antiguas en una proporción de uno a cuatro o incluso superior. Nacidos dentro del alcance de la memoria mortal, estos Vástagos son el producto de sociedades que han recibido el beneficio (o han sido las víctimas) de los cambios rápidos. Más concreta mente, son estos jóvenes vampiros los más duchos en las tecnologías modernas: no sólo permanecen impávidos ante ellas, sino que están acostumbrados a ver cómo la información viaja a la velocidad de los datos digitales, y sin duda encuentran que un mensaje escrito a mano y enviado en un correo a caballo hasta la supersticiosa villa que hay a unos 800 kilómetros (500 millas) es poco más que pintoresco e ineficaz. Éstos son los Vástagos de la generación de la información, los que usan las redes sociales y las computadoras, y quienes están cambiando el significado de qué es ser vampiro.

Decimocuarta y Decimoquinta Generación

Hay muy pocos Vástagos de estas Generaciones, y no hay ninguno más allá. De hecho, los vampiros de la 15ª Generación han sido incapaces de Abrazar Progenie alguna: su Sangre es tan débil, están tan alejados de Caín, que ésta ya no es capaz de transmitir la Maldición. Existen rumores de vampiros que no engendran Chiquillos, sino hijos, y muchas otras cosas que ni siquiera se vislumbraban en el Libro de Nod. Pero éste es claro en una cosa: el auge de los Sangre Débil es uno de los signos del Fin de los Tiempos, y la Gehenna se acerca.


Gehenna

Según cuentan los vampiros, la Gehenna es el fin del mundo, al menos para los de su especie: del cielo lloverá sangre y serán purgados del mundo, los durmientes Antediluvianos se alzarán de su sueño primordial y devorarán a sus Chiquillos, el propio Caín regresará y pedirá cuentas a su raza degenerada, y Dios mismo golpeará a la Estirpe y arrojará a los vampiros desde la faz de la Creación hasta el mismo Infierno.

Todos los Vástagos temen la Gehenna, tanto si son conscientes de ello como si no lo son. La razón es muy simple: pocos de ellos creían en vampiros antes de que los Abrazaran, y el atisbado horror de que hay más cosas en el mundo de las que la imaginación mortal alcanza a comprender puede resultar temible incluso a la banal estrechez mental de los Cainitas.

La cuestión sobre la Gehenna no es si sucederá, sino cuándo lo hará. Sólo los Vástagos más obstinados pueden ignorar la letanía de profecías que narran el Fin de los Tiempos. El Fin ya está aquí. ¿Cuándo será el Fin del Fin?


Golconda

La presión constante de la paranoia, el Apocalipsis, la Jyhad, y el horror existencial de subsistir gracias a la sangre humana es demasiado para algunos Vástagos. De hecho, disponiendo de la eternidad, ¿quién quisiera pasarla en el estado de terror que envuelve a la Estirpe en una noche cualquiera? Para poder librarse de la Jyhad y de su naturaleza depredadora algunos vampiros buscan el estado de la Golconda. Según se dice, ésta es un estado de iluminación “ulterior” al vampirismo, en el que los Vástagos ya no deben preocuparse de la Bestia o de sus bajos apetitos.

La leyenda de la propia Golconda puede eclipsar la verdad. Pocos Vástagos conocen a nadie que la haya alcanzado, y aún menos vampiros han llegado a su noble altura. Nadie puede decir exactamente qué es la Golconda, y permanece como una cuestión de fe o como un objetivo filosófico más que una práctica real. ¿Quienes la han alcanzado son san- tos que han trascendido lo que significa ser vampiro, o de algún modo se han liberado de la carga del vampirismo? ¿El Vástago que ha alcanzado la Golconda es beatífico, o es un monstruo sin siquiera los apuntalamientos a los que debe enfrentarse el resto de la Estirpe? Quienes la han alcanzado no ofrecen respuesta alguna.