Radagast el Pardo es un mago que vive en un bosquecillo de antiguos robles en Rhosgobel, cerca del lindero suroccidental del Bosque Negro, donde muchos Hombres del Bosque se han trasladado para habitar cerca de él. Antaño satisfecho con pasar el tiempo en tranquilas conversaciones con los pájaros y los animales (cuyos diversos idiomas parece ser capaz de hablar con fluidez) Radagast toma parte activa en los preparativos del Concilio Blanco para atacar Dol Guldur, y desde esa época muestra un interés creciente por los asuntos de la gente que vive en la zona.

Como sus pares Unknown y Gandalf el Gris, Radagast ha aparecido siempre a los ojos de los mortales como un anciano vigoroso que no parece ajarse ni debilitarse con el paso de los años. Lleva un sombrero alto de ala ancha y un manto marrón sobre ropas de colores terrosos, luce una barba rojiza larga y de aspecto desaliñado que se vuelve lentamente gris, y cabello largo y enmarañado del mismo tono. Por lo general acompaña su marcha con su largo bastón de roble.

A Radagast se le puede encontrar en su casa de Rhosgobel en cualquier momento. Parece abandonar raramente su casita, aparte de dar cortos paseos por el bosque hacia el este. A pesar de su vida solitaria, Radagast parece bien informado en cualquier momento de lo que sucede en la tierra de los Hombres del Bosque, a veces mostrando conocimiento de cosas que ocurren en lugares más distantes de las Tierras Ásperas. Si bien nunca llega a ser realmente desagradable, sus años de aislamiento (o su amistad con Beorn el Cambiaformas…) parecen haber hecho que su conversación se vuelva algo más brusca o abrupta, como si no estuviera acostumbrado a las leyes comunes de cortesía reconocidas por hombres, enanos, y elfos.

Los extraños que quieran reunirse con Radagast y pregunten el camino a los Hombres del Bosque locales serán conducidos hasta su casa, a la que se llega por un sendero de piedras blancas que empieza cerca del gran salón de Rhosgobel. Los visitantes que intentan ir a la casa del mago por sus propios medios parecen perderse fácilmente y se encuentran de vuelta frente al gran salón tras vagar sin rumbo durante algún tiempo. Durante los meses cálidos del año, cualquier visitante podría verse obligado a esperar durante un buen rato, junto con los muchos Hombres del Bosque que acuden a ver al mago y a buscar su ayuda.