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Alzándose durante dos mil años antes de su abandono y destrucción a manos de las tribus de sub-humanos en el Tercer Milenio, Phandril fue el segundo de los asentamientos archænos que alcanzaron la grandeza desde su humilde fundación en la Era Primordial. De hecho, si las leyendas son correctas, llegó a hacer sombra a Arcanópolis. Phandril prosperó y creció, mientras que la Ciudad de los Secretos duró unicamente unos pocos siglos.

Durante su larga historia Phandril tuvo numerosas restauraciones y reconstrucciones para acomodarse a los estilos, gustos y estéticas arquitectónicas de los sucesivos tiempos. Echarle un vistazo a la ciudad en su infancia es ver bloques de arenisca pulida mediante magia elemental. Mirar a Phandril en lo alto de su poder es contemplar una ciudad de torres y aerodiques chapados en metales preciosos, por los cuales el asentamiento relucía y destellaba bajo la luz de soles y lunas.

Aparentemente era una ciudad variada y cosmopolita, y la residencia de aquellos que querían aprender y prosperar a través de la adquisición de conocimiento. Fue por tanto renombrada por sus magos y encantadores, y prácticamente cualquier innovación que desarrollaron los Unknowns se atribuía a sus habitantes, los Phandre, incluyendo los primeros aeronavíos que se amarraron en los aerodiques de las torres de la ciudad.

Las únicas estructuras que sobrevivieron a la destrucción última de la ciudad fueron las colosales torres mausoleo que servían como tumbas colectivas de los muertos archænos. Los merodeadores sub-humanos que acabaron con la ciudad sucumbieron a sus propias supersticiones, y evidentemente asumieron que las maldiciones y embrujos que protegían las tumbas de los phandre podían traer el caos y la desgracia a sus propios antepasados si profanaban las torres. Las eras posteriores han visto la llegada a la zona de gentes más “civilizadas” que están carentes tanto de la moralidad como de la superstición necesarias para no dedicarse al saqueo de tumbas. Los sepulcros que habían permanecido intactos durante siglos fueron saqueados durante la Nueva Era cuando los Phædranos se las vendieron a los Hadjin por una enorme (y secreta) suma. Muchos de esos altos mausoleos pueden ser encontrados hoy en día, aunque unos pocos se han venido abajo o se mantienen en equilibrio precario debido a los estragos de la erosión o a los daños estructurales causados por el Gran Desastre. Alrededor de las torres mausoleo y de los restos de la ciudad los exploradores y aventureros pueden esperar encontrar sarcófagos de cristal pertenecientes a los phandre, enteros o fragmentados, así como maravillosos objetos mágicos e incluso juguetes infantiles o partes de antiguos aeronavíos.

Reliquias de los Phandre

Los Sarcófagos de Cristal de los nobles de Phandril son excepcionalmente valiosos, aunque su valor exacto depende del periodo en el que esté datado el sarcófago. Los sarcófagos de la Era Primordial se catalogan en los “periodos” esmeralda, jade, rubí y amatista, y están tasados alrededor de los 6000 lúmenes por los coleccionistas de antigüedades. De la Era de la Ascensión Archæna son los “periodos” cornalina, ámbar, turquesa, topacio y ópalo, y su valor se coloca alrededor de los 4000 lúmenes de oro. Los sarcófagos de la Era de los Cielos son más escasos, pero son menos apreciados por su construcción más reciente. A esta era pertenecen los “periodos” de turmalina, zafiro, aguamarina, ónice y cristal, y están tasados en unos 2000 lúmenes de oro.

Claramente el saqueo de tumbas en el moderno Hadj puede ser un oficio muy lucrativo.