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  1. Journals

Bitácora del Otilia-II

Sesión
2022-12-11

Tras los desafortunados sucesos en la Masacre de la Casa Sotomayor La Cuadrilla ha decidido poner tierra de por medio, y reúnen sus bártulos mientras Guille compra una  barca de pesca, un mapa y provisiones para una semana. Un par de horas antes del amanecer salen apresuradamente por las puertas del canal de Badiján, en dirección al Mar de los Lamentos y con intención de llegar hasta Castábulan

El conocimiento de la costa de Guille les permite ir avanzando hasta llegar al Estrecho Phaedrano sin ser identificados. El 49 de Drome, día del Equinocio, entre la puesta del Sol Menor y la del Sol Mayor, Zahir Hulandrú juzga que los astros están en el momento y lugar propicios y la Cuadrilla se lanza a cruzar el estrecho entre Zandú y Aamán sorteando los navíos de ambas armadas. Tras una tensa persecución una trainera zandir embiste contra una galera aamaniana, dando lugar al Incidente del Estrecho. La cuadrilla consigue salir al Océano Azur y llega a presenciar a medianoche como un trirreme de los Eruditos Negros de Nefaratus se interna en el Alam Al-Mithal antes de caer desfallecidos sobre la cubierta.



Primero de Jhang del 618: Por un Puñado de Huevos

Zandú

Esto empezó siendo una misión de rescate, se está convirtiendo en un secuestro, y va a acabar siendo un contragolpe de estado (Milagros Jacaranda, buhonera pharesiana)


El primero de Jhang, tras un día revuelto, el Otilia está buscando una cala donde fondear durante la noche. Encuentran entonces una barcaza dragón Unknown varada sobre unas rocas, mientras la tripulación está siendo atacada por Unknowns. Cuando se aproximan para ayudar ven como un par de Unknowns se arrojan por la borda llevando consigo a uno de los tripulantes. Cuando La Cuadrilla aborda la barcaza el resto de ráknidas huyen, dejando sólo a un Unknownno, que pide cuartel. El zángano, en un titubeante y confuso talislán les propone un trato. Ellos liberan a su Unknown cautiva y la colmena les devolverá al tripulante. La cuadrilla se pone manos a la obra con su peculiar estilo.

Triki, que así se llama el zángano, infoma con detalle a la cuadrilla mientras avanzan a través de una playa infestada de larvas de ráknida y vigilada por soldados, hacia la entrada de la enorme colmena que se alza entre los peñascos de la rompiente. Tras la percha del trono surigió una grieta que conduce a unas ruinas subterráneas. Al final de un pasillo se encuentra un dintel cuyo umbral está protegido con un sortilegio de barrera de protección contra ráknidas. Así que la colmena no puede acudir a rescatar a su reina. Las colmenas ráknidas no son conocidas por despertar simpatías entre el resto de seres vivos de Talislanta, así que los zánganos elaboraron un plan para conseguir que alguien que no sea ráknida se implique en el rescate de su reina. Así que secuestran al primero que pillan y mandan a Trikri, uno de los zánganos que hablan talislán  como negociador e intérprete.Trikri les va explicando que saben que la reina sigue viva porque los raptores les van pasando algunos huevos diariamente, y reciben perolas de jalea real para alimentarla.

Cuando la cuadrilla traspasa la barrera se encuentra con tres Unknowns, un tanto liantes y bastante sórdidos, que les informan que Trikri también está en el ajo de tener a la reina cautiva. Mientras tanto, los octopis disfrutan con el statu quo por el que la colmena los aprovisiona y protege mientras ellos prosiguen con sus investigaciones. Viendo que los octopis no están abiertos a negociaciones, deciden cargar contra ellos. Los octopis resultan ser unos tipos duros, y poniendo tentáculos de por medio consiguen escabullirse hacia su sanctum.En la persecución uno de los octopi embosca a Milagros Jacaranda mientras que los otros dos se resguardan tras unas barricadas improvisadas y una mesa de alquimista. A un lado se encuentra la reina, colgada de una cadena y un collar encantado que bloquea sus poderes psíquicos. Se producen varios asaltos a la posición defensiva con suerte dispar hasta que la cuadrilla consigue derrotar a los cefalópodos.

Los Octopi les informan de que Trikri está en el ajo, y que ellos le facilitaron el ascenso en el escalafón de los zánganos, hasta que ahora se ha convertido en portavoz de la junta que gobierna la colmena. Los octopi son autorizados a huir, cosa que hacen con entusiasmo. Y se sobreviene un intenso debate acerca de qué hacer con la reina y cómo salir con vida de la colmena. Así que deciden llevar a la reina junto a la barrera y negociar con Trikri, para ver por donde respira. Para ello Guille le amputa el abdomen a la reina para poder transportarla y Yan Naga casi se ahoga en los tramos subacuáticos de los pasillos. Ya en la sala donde se encuentra la barrera, Milagros Jacaranda parlamenta de nuevo con Trikri y tiene un pálpito de que, efectivamente, no es trigo limpio, y consigue convencerlo para que traiga a la tripulante Sun-Ra-San ante la barrera. Cuando se encuentran ya todos en el lugar, la cuadrilla ejecuta su ya clásica maniobra del queso ahumando: Zahir Hulandrú disipa la barrera, Milagros Jacaranda lanza un Kaos de Koron, Guille y Lumenio hacen un ataque de diversión, y Yan Naga le pega el cambiazo al enemigo. Tras algunas complicaciones rápidamente resueltas, la cuadrilla consigue rescatar a la tripulante mientras se aprestan para recibir el ataque de la colmena al completo. En ese momento Milagros Jacaranda libera a la reina, que pone fin a todo el conflicto. La reina elimiena a los zánganos incompetentes, condena a Trikri a ser comida de larva de obrera, y deja partir a la cuadrilla vivos. Posíblemente no abunden en todo el continente las bandas que hayan entrado en una colmena ráknida y hayan sobrevivido para contarlo.

La cuadrilla devuelve al tripulante a su navío, son recompensados con una cota de escamas de dragón marino, con una noche de buen descanso, y con provisiones para una semana. Bien está lo que bien acaba.


3 de Jhang del 618: Fondeo en Montecora

Zandú

Tras un par de días sin nada reseñable, la mañana del miércoles 3 La Cuadrilla decide atracar en la villa de Montecora. Mientras Guille y Lumenio se quedan cuidando la embarcación, el resto de La Cuadrilla baja a tierra, donde se zampan unas zamburiñas gigantes a la brasa y un buen vinito blanco, compran pijadas diversas y un arco largo para Guille (¡por fin!), descubren pasquines de "se busca" con la descripción de los culpables de la Masacre de la Casa Sotomayor, y presencian la actuación de un ciego narrador, un bardo músico y dos actores bailarines que cuenta de forma melodramática la trágica historia de dicha masacre, perpetrada por unos terroristas heterodoxistas apoyados por espías de los Siete Reinos. Se describe a los miembros de la cuadrilla de forma nada amable: Asesino sediento de sangre (Lumenio), salvaje borracho y violador (Guille), bestia de garras enjoyadas (Yan Naga), traidor ruin y despreciable (Zahir Hulandrú), y tiñosa, puta y rencorosa (Milagros Jacaranda).

Los pasquines ofrecen 1000 escudos por cada uno de los miembros de la cuadrilla, excepto por Lumenio, por el que se ofrecen 5000 si se entrega intacto fisica, mental y espiritualmente al pobre y doliente Marqués de Sotomayor.

Ante estas noticias, Jacaranda decide despedirse a la pharesiana, dando el espectáculo y luego echando a correr. Un cazador Jaka les toma la matrícula. La cuadrilla se hace a la mar de nuevo y deciden ser un poco más discretos mientras estén dentro de las fronteras de Zandú.

4 de Jhang: La Tormenta Negra

Al poco de salir de Montecora, y ante la insistencia de Zahir Hulandrú, el Otilia II tiene que refugiarse en una bahía bajo la Montaña de Korak para evitar una fortísima galerna que se acerca. En los prados junto a la bahía hay acampada una expedición de lo que parecen ser magos cymrilianos. Tras de ellos se alza la Montaña de Korak, en cuya cima dicen las leyendas que se alojaba la mansión del famoso archimago de la antigüedad. Efectivamente la galerna impacta en tierra con fuerza huracanada, y viene acompañada de un frente de tormenta con nubes negras de las que caen relámpagos negros, atraídos por la magia en vez de por el metal. Al final alguno de ellos caen sobre Zahir Hulandrú y Yan Naga, que recuerdan quitarse los objetos mágicos. Al final la tormenta pasa pero La Cuadrilla se ve obligada a esperar hasta la mañana siguiente para hacer algunas reparaciones en el Otilia.

6 de Jhang del 618: Llegada a Castábulan

Castábulan

Tras eludir con maestría los barcos de la Flota del Sultán, numerosos en las inmediaciones de Zantium, la cuadrilla arriba al caer la noche del día 6 al pequeño puerto de Castábulan. Esa noche descansan en la taberna Siroco, donde tienen un incidente con dos Unknown llamados Bill y Ted, bastante borrachos y demasiado macarras para su escaso tamaño. ¿Se asentarán nuestros héroes en la comuna, o por el contrario terminará por picarles los calzones y partirán con nuevo rumbo?

Día 14 de Jhang del 618

Castábulan

La Cuadrilla va acostumbrándose a las costumbres castabulanas. Tras la asamblea de Oficiales hay la fiesta playera de rigor, con abundancia de sidra y eufórica, y Zahir Hulandrú conoce a Eubetia, la archivista del Observatorio, que está dándolo todo bajo la influencia de diversas substancias intoxicantes. Una artimaña de Hulandrú para intentar acercarse a ella sale mayormente rana. Durante esta semana, en los turnos de trabajo, Guille se ha dedicado a la pesca (y a beber sidra), Milagros Jacaranda y Yan Naga se han dedicado a la alquimia, Hulandrú se ha dedicado a realizar predicciones en el Observatorio (y a jugarse los cuartos en el Siroco), y Lumenio ha servido como sujeto de pruebas para las investigaciones de Alonzo Turriello, que versan acerca de conseguir capacidades de vuelo con el menor apoyo  posible en la magia. Según ha ido avanzando la semana dichas pruebas han ido congregando cada vez más espectadores, que entre risas y brindis disfrutan del espectáculo, en ocasiones un tanto bochornoso, de ver como los artilugios de Turriello van fallando uno tras otro mientras Lumenio intenta sobrevivir a las inevitables caídas. Es una suerte que Lumenio tenga esas fantásticas botas de levitación...

18 de Jhang del 618: La Desaparición de Bill y Ted

Cuando nuestros héroes llegan a comer al mediodía a la Casa del Pueblo se enteran de la noticia de que Bill y Ted, los whisp de la comuna, han partido el día anterior en busca de aventuras y no han vuelto. La Cuadrilla parte en su búsqueda y a media tarde localizan un antiguo pozo en el que los pequeños buscalíos se han metido. Tras descender más o menos trabajosamente (destacando la velocidad con la que Yan Naga llega al fondo) localizan una abertura por la que se internan en lo que parece ser la sección de una antigua artesa. Tras internarse a gatas pasan a una sección excavada en la tierra, que resulta ser la guarida de una rehala de Ferranos, los cuales activan una trampa que derriba el túnel, atrapando las piernas de Hulandrú. Con un poco de esfuerzo Guille le ayuda a liberarse y Jacaranda, conocedora de la falta de ardor guerrero de los roedores, inicia un parlamento con el jefe de la madriguera, Pekk Fizz. Los ferranos han capturado a uno de los whisp, Ted, y Pekk se lo ha regalado a su pareja Roxx con su jaulita y todo, lo cual complica las negociaciones. Pekk y Roxx son una pareja un tanto tóxica. Él es un jefe capaz y bienintencionado, pero sus planes suelen acabar fallando, y ella disfruta remarcando sus pifias. Al final llegan a un acuerdo. Los ferranos liberarán al whisp si la cuadrilla se hace cargo de una bestia que ronda por unas ruinas donde los ferranos acostumbran a rebuscar en busca de tesoros. En ese momento aparece Bill, atacando al lider ferrano por la espalda con su miniflorete, y es atrapado por las veloces manos de Yan, dormido mediante magia y encerrado en la jaula junto a su compañero.

Al caer la tarde la cuadrilla llega a las ruinas de Semuræ, que Hulandrú identifica como de origen Unknown. La zona parece haber sido limpiada de maleza y sedimentos recientemente, dejando a la vista los esqueletos negros y retorcidos de extraños edificios construidos en bloques de basalto negro veteado en rojo. Por todas partes se ven restos de sangre y cadáveres de ferranos despanzurrados, expuestos sobre las piedras formando enloquecidas composiciones. Cuando la cuadrilla se interna en las ruinas oyen una voz rasposa y desquiciada que mezcla amenazas con incoherencias, y nuestros héroes se agrupan para evitar ser tomados por sorpresa. En ese momento ataca la bestia, que resulta ser un Unknown. Hulandrú cae bajo sus garras, y se salva de una muerte casi segura gracias a su aura astromántica. Yan Naga se arroja valientemente contra el semidemonio, en un combate en el que una vez más está a punto de entregar la cuchara. La certera puntería de Guille consigue atravesar la cabeza del infame ser, pero este resiste con vida pese a tener una flecha de hierro al rojo saliendo por su cuenca ocular. Sin embargo, un astuto plan pergeñado por Jacaranda consigue derrotar a la bestia: mientras en un preciso y heroico movimiento Yan abre las fauces del maláthropo, Jacaranda y Lumenio vierten en su gaznate una poción de encogimiento, reduciendo al diabólico ser al tamaño de un pequeño dracgato. Tras interrogarlo y ver que el desquiciado ser no es de ninguna utilidad le aplican la muerte del conejo, lo despiezan y reparten en varios paquetes, para evitar males mayores.

La cuadrilla investiga las ruinas y haya en su centro una plazoleta bordeada de Unknowns, y en su centro un gran obelisco de factura distinta al resto de las ruinas. Cuando cruzan la línea de leñomuertos los restos del maláthropo empiezan a arder, y nuestro héroes sólo consiguen salvar su cráneo, agujereado y ahora diminuto por siempre. Una detallada inspección del obelisco revela tallas erosionadas y lo que parece ser una puerta secreta en la parte trasera. Tras la investigación Hulandrú reseña que el obelisco es milenios anterior al resto de las ruinas. En ese momento se levanta una tormenta, que obliga a nuestros héroes a buscar refugio en lo que aparentemente debía ser la guarida de la bestia. En lo que aparenta ser una cámara semi derruída encuentran abundantes restos de ferrano, un Kit de Tortura Torquarano +3 [500 L], una Daga Ceremonial, algunas joyas por valor de 600 L, y los restos rotos de lo que parece ser un Tanque Biomántico torquarano. Nuestros héroes deducen que las operaciones de limpieza de los ferranos condujeron al derrumbe de escombros y la rotura del tanque, que contenía en su interior al maláthropo en éxtasis. Cuando la tormenta amaina la cuadrilla retorna a la madriguera ferrana, y tras explicar largo y tendido a Pekk que el cráneo chiquitín que llevan es el de la bestia abominable, el jefe ferrano, que tiene un largo pasado como aventurero, acepta las explicaciones y les entrega la jaula con los dos whisp.

La cuadrilla retorna a Castábulan, donde son recibidos con regocijo, y la jaula con los whisp colgada en el salón de la Casa del Pueblo, donde permanecerá hasta el domingo, para que se relajen un poco. La comuna de Castábulan empieza a mirar con afecto y respeto a los miembros de la Cuadrilla.