Con sólo 16 años, Janna es delgada, con el pelo castaño claro y unos tímidos ojos de color gris azulado. Dice pocas cosas, aunque a veces la dama Isolda Von Strudeldorf la obliga a hablar en su nombre. Cuando esto sucede, habla con un leve acento de Drakwald y parece harto incómoda. A pesar de su timidez, Janna es muy buena en su trabajo.

Werner se crio en la posada de sus padres, El Descanso del Viajero, cerca del pueblo de Mittelmund. Pero la vida aburrida y fácil del hijo de un posadero -haciendo todo tipo de trabajillos en el lugar, ayudando a los cocheros, trabajando detrás de la barra, arreglando mesas rotas- ha sido la causa de que Werner se cansara de escuchar las aventuras de otras personas. Como sus padres ya se pueden permitir ayuda para llevar la posada, ha estado buscando posibles compañeros de viaje. Actualmente se encuentra estacionado en Ubersreik, una importante ciudad fortaleza cercana a la capital imperial de Altdorf

Desde temprana edad, Malmir mostró un interés indecoroso por la vida más allá del bosque de Laurelorn. Aunque adoptó con facilidad las costumbres y el comportamiento de la educada sociedad élfica, estaba obsesionada por los humanos del Imperio. Esas extrañas ciudades de piedra y madera muerta y esa obsesión por todo lo material eran tan... diferentes. Con el tiempo, su bosque natal comenzó a parecerle demasiado familiar y aburrido. A pesar de las dificultades que sabía que causaría, la voluntad de Malmir era firme. Sus parientes, uno por uno, le dieron la espalda. Como todos los elfos que abandonan el hogar por una vida de aventuras, Malmir ya no existe para su pueblo. Las últimas palabras que escuchó en su lengua materna fueron de la sacerdotisa de Liadriel: 'Ve pues, Malmir. Y no vuelvas a menos que tengas una necesidad enorme. Pero recuerda: si alguna vez uno de los tocados por el Caos llegara a encontrar el camino hasta aquí por tu culpa, no descansaríamos hasta llevarte ante la justicia'. Ha puesto su ilusión en ver Altdorf, la ciudad de oro. 

Nacido en el seno de una familia de linaje noble, en concreto la familia Le Blanc: un territorio fronterizo del condado de Couronne. Charles creció inmerso en las páginas de las novelas caballerescas que adornaban las bibliotecas de su hogar. Estas historias de valentía y honor dejaron una marca indeleble en su alma, y desde joven, soñó con emular a los héroes que poblaban sus fantasías. A medida que crecía, su deseo de aventura y su anhelo por vivir cada momento sin preocuparse por las consecuencias lo llevaron a recorrer caminos insospechados. Cuando cumplió la edad suficiente fue destinado al cuidado de un caballero bretoniano llamado Eduard el Intrépido. Cansado de cuidar a los caballos y recogerle las lanzas, Charles abandonó su servicio y viajó a la ciudad de Marienburgo donde trabajó como miliciano local a cambio de un módico sueldo. Todavía es un extraño en el Imperio y le cuesta familiarizarse con el idioma común, pero su ansia de renombre le impide quedarse quieto.

Obtuvo el don de la clarividencia después de que su esposo fuera colgado erróneamente por gente que le acusaba de causar mutaciones. Actualmente acompaña a un grupo de striganos que actúan como comerciantes por el Reik

Esta mujer siempre está con el ceño fruncido y es una persona brusca con el cabello negro y rizado, que se cubre cuando trata a los pacientes. Cualquiera que se dirija a ella debe hacerlo como ‘doktora’ o caerá sobre él un torrente de insultos muy elocuentes. Tiene los mismos ojos marrones y piel oscura que su hermano, el sargento Magnus Pflaster, y está muy interesada en mantenerse alejada de su sobreprotector pariente. No tiene tiempo para la idiotez de éste, y no se muerde la lengua si el tema sale a colación... lo que es probable que suceda si se le da la oportunidad.

Braugen, conocido como "El Aplastador", es un gigante cercano a los cuarenta años, un auténtico bruto capaz de infundir temor incluso en una sólida pared de piedra. Cuando se encuentra en acción, suele despojarse de su camiseta, exhibiendo su imponente figura en el centro del cuadrilátero mientras aguarda al siguiente desafiante. Con respiraciones profundas y enérgicas, siguiendo las enseñanzas de Klaus, procura siempre dar la impresión de que está al borde del agotamiento, aunque este despliegue forma parte integral del espectáculo. Después de todo, si el campeón pareciera demasiado formidable, no habría voluntarios dispuestos a enfrentarlo.

El capitán de la Guardia Reiner Goertrin es alto y enjuto, con cabello del color del hueso decolorado y un rostro casi cadavérico en su delgadez.

En la actualidad se ocupa de que se mantenga la ley y el orden en la Schaffenfest y tiene poco tiempo para nada más. Es de modales bruscos, enérgicos y está muy acostumbrado a intimidar a la gente de menor estatus social, que es la mayoría. Tiene un acento duro de clase alta e interrumpe a cualquiera que habla demasiado tiempo. No tiene tiempo que perder para hablar de trivialidades.