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Esta pequeña fortaleza alberga la mayor sede de la cofradía de Erekar de la región. En su interior incluye una enorme biblioteca donde los monjes estudian y los investigadores realizan sus indagaciones, una cámara acorazada protegida por paladines de la orden en todo momento y un templo interior donde los clérigos rezan sus oraciones. Todo bajo la supervisión del magister Khalil y el perceptor Neokazu.
La antigua fortaleza de Chraunnus el Extinguido ha sido reconstruida en varias ocasiones para albergar a los Señores de Tabalard, así como a la guarnición de la ciudad. Se trata de una impresionante edificación de piedra y metal con tres pisos de altura y coronada con dos grandes torres que forman la construcción más alta de la ciudad. Algunos de sus habitantes más conocidos son lord Harshu de Tabalard, señor del comercio, y lady Elimar de Tabalard, señora de los ejércitos.
Esta ostentosa iglesia de piedra blanca hace las veces de centro social de la ciudad, e incluso legal cuando se trata de disputas comerciales. Situada frente a la plaza de los Gremios, el alto clérigo Oldagmar ejerce como árbitro en los asuntos comerciales y traslada al gobierno los asuntos gremiales. Además, en su interior trabajan algunos de los artesanos consagrados, expertos que dedican su obra a Arastu, como el maese armero Okhotur.
En el distrito sur, la Rama Dorada es una de las tabernas más concurridas de la ciudad, especialmente por los busca fortunas. El gran caserón de tres plantas posee un enorme salón diáfano que ocupa toda la primera planta, donde pueden dar de comer y beber a medio centenar de personas sin problema. En los pisos superiores, además de la cocina y los almacenes, hay múltiples habitaciones a disposición de aquellos que necesiten dormir por un precio moderado. La Rama Dorada está regentada por Gimpir «el Mediano Dorado», conocidoasí por su adicción a portar objetos de oro, y Kikkara su socia comercial y jefa de cocinas de la taberna.
En el centro de la ciudad, presidiendo la Plaza de la Justicia, se encuentra este extenso edificio de piedra, ampliamente decorado con estatuas y retablos de mármol, que representa la ley y el orden imperante en la ciudad. Desde los juicios más graves hasta los trámites burocráticos más ridículos tienen lugar en esta sede, donde decenas de ciudadanos se agolpan a diario para tratar de resolver sus problemas. Lord Jerdal de Tabalard, señor de la justicia, promulga edictos y sentencias, siempre con la guía de La Guardiana.
La plaza del distrito este es conocida por todos como el Mercado de la Carne debido a la feria semanal en la que los ganaderos de toda la región llegan a vender sus mejores productos. Durante el resto del tiempo, la plaza ejerce como mercado menor del distrito.
A las afueras, se encuentra el humilde puerto de la ciudad, que aprovecha el rio Thakur para transportar mercancías con las poblaciones sureñas cercanas al río. El paso del Thakur por Tabalard es estrecho y poco profundo, por lo que únicamente pueden utilizarse embarcaciones de menor tamaño.
En el extremo sur de la Plaza de la Justicia se encuentra una discreta finca de dos plantas con jardín que se identifica como la Delegación del Imperio Mida en la ciudad. Dada la proximidad de su imperio con la región de Tabalard, los mida tienen permanentemente un pequeño contingente de comerciantes y diplomáticos en la ciudad con la misión de mantener buenas relaciones con el gobierno de la misma y de estimular el comercio en la región con su imperio. El delegado Akkarat, hijo de uno de los mayores consejeros del emperador Mida, es la principal autoridad de la delegación.
Las luchas constantes con los saurios del oeste provocan la necesidad de contar con numerosos soldados para mantener las posiciones defensivas de la región. Para evitar vaciar de campesinos los fértiles campos de la zona, los Señores de Tabalard han recurrido a una compañía mercenaria de Zabariax para llevar el peso principal de las operaciones. En su cuartel general en la ciudad, las Lanzas de Lantamar y su líder Tyrtareo Gelon coordinan sus operaciones. La compañía siempre está dispuesta a reclutar nuevos soldados, y no son pocos los jóvenes de la ciudad que deciden hacer carrera como soldados en ella.