PERSONAJES

LUGARES

OBJETOS

Aesví es un bárdida que se gana la vida como camarera en la Posada La Cabeza de Dragón.

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Esta extensión de robles es la región con mayor densidad de población de todo el Bosque Negro, pues aquí viven los Hombres del Bosque. Los poblados más pequeños y algunas casas aisladas se encuentran como mucho a un par de kilómetros bosque adentro, lo suficientemente dentro como para poder protegerse de sus enemigos, pero sin llegar a separarse demasiado de los campos de cultivo que tienen en los valles. Por el contrario, sus dos mayores asentamientos están ocultos en las sombrías profundidades del bosque, bien protegidos por vigías. Siempre que los hombres del Bosque creen que van a ser atacados, los granjeros que viven en el lindero del bosque se agrupan y llevan sus familias y ganado a la seguridad del Salón del Bosque (Wuduseld), o al Pueblo de los Hombres del Bosque.

Al este de la región corre el Río Oscuro, que nace en algún punto de las Colinas Encantadas, y serpentea hacia el oeste y el sur. El agua del río está empantanada y es oscura, de ahí su nombre, pero aun así es potable, al menos la mayor parte del tiempo, pues en ocasiones bajan río abajo desde las Colinas Encantadas restos de animales (podridos y curiosamente deformes, como si hubieran sido mutilados antes de morir), que llevan consigo la enfermedad y pudren el agua.

El río es navegable y los hombres del Bosque usan botes de fondo plano para viajar entre el Salón del Bosque (Wuduseld) y el Pueblo de los Hombres del Bosque. La corriente del río desemboca en un gran lago denominado el estanque Negro, que tiene una superficie tranquila y lisa como un espejo. En las orillas del lago, entre los juncos, pasean las garzas en busca de peces y anguilas. La ribera meridional del lago está rodeada de pequeñas colinas arboladas. En las orillas septentrionales del lago hay una serie de senderos ocultos que serpentean entre los pinares hasta llegar al lindero del bosque y a Rhosgobel, el hogar del mago Radagast el Pardo.

Determinadas zonas del Dosel Occidental, sobre todo aquellas que están más cerca de los asentamientos de los hombres del Bosque, son lugares bastante agradables. Sus habitantes han desbrozado un poco el bosque para que algo de luz solar se filtre a través de la cúpula de hojas y ramas que les cubre, han limpiado algunos claros para sus rebaños, y los niños juegan entre los arbustos del Pueblo de los Hombres del Bosque. Sin embargo, esto sigue siendo el Bosque Negro, y el manto de oscuridad que lo envuelve sigue presente, incluso en pleno mediodía, y en su interior nada es seguro. Quizá uno de esos niños que juegan podría extraviarse a tan solo cinco minutos de su casa, y perderse de forma irremediable.

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CUBRECABEZAS

Llevados en combate o para propósitos ceremoniales, los cascos suelen estar hechos de cuero o de hierro, pero a veces son de metales más preciosos. La forma de un cubrecabezas a menudo es distintiva, porque ayuda a identificar individualmente al portador, o por lo menos como perteneciente a una cultura en particular. En la mayoría de los casos, los rasgos protectores del casco, especialmente la barra que protege la nariz, o los protectores de mandíbulas, hacen imposible reconocer el rostro del portador.

Yelmo.

Un cubrecabezas que proporciona atención completa, dispone de barra protectora nasal y protección para las mandíbulas (baberas), y también para la parte posterior del cuello (almófar).

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RAZAS

MISIONES

CRONOLOGÍAS

Hace casi dos mil años una sombra llegó arrastrándose desde el sur, y lentamente atrajo a toda la luz desde el corazón del Bosqueverde el Grande a sus claros mas lejanos. La gente empezó a llamarle el Bosque Negro, y aprendió a temer sus lugares más profundos. A pesar de la oscuridad, muchos permanecieron junto a sus linderos, intrépidos hijos del hombre que desafiaron la amenaza del Nigromante en su terrible morada. Estos hombres del bosque han luchado contra la creciente oscuridad durante tanto tiempo como sus narradores más antiguos pueden recordar, y continuarán la lucha ahora que la Sombra ha desertado de su guarida. Los hombres del bosque de las tierras ásperas son pioneros del Norte, que comparten la herencia cultural de los hombres de Bardo. Viven en poblados escasos y aislados, y en granjas rodeadas de empalizadas de madera, construidas alrededor de los linderos del Gran Bosque, o en los valles del oeste del río. Amenazados por la sombra de Dol Guldur y por lo que acecha en la oscuridad del Bosque Negro, los hombres del bosque son cazadores y rastreadores de animales salvajes, y a menudo luchan contra los orcos y las arañas para defenderse. Tradicionalmente, las mujeres luchan y cazan junto a sus hombres, o incluso solas si no están casadas o han enviudado, en su lucha para sobrevivir en el hostil entorno. El mago Radagast, uno de los sabios de la Tierra Media, escogió vivir entre los hombres del bosque desde tiempo inmemorial, fijando su residencia en Rhosgobel. Un maestro de las formas y cuidador de bestias para los cazadores y cuidadores de animales de entre los hombres del bosque.


DESCRIPCIÓN

Como los hombres del Norte, son por lo general altos y de cabello claro, pero a menudo tienen la piel bronceada y poco color rojo en sus mejillas, debido a su vida al aire libre. A veces considerados hoscos de conversación y poco comunicativos por otras gentes, son exploradores y cazadores, odian a los orcos y a las arañas, y están habituados a luchar en las profundidades del bosque con arcos de tejo, recias lanzas, y hachas de mango largo. Antaño fueron habilidosos domadores de corceles y perros de caza, pero su vida bajo la sombra les ha obligado a abandonar en su mayor parte la cría caballar, y a favorecer la de los sabuesos.

NIVEL DE VIDA

Los hombres del bosque sobreviven gracias a exiguas cacerías, la quema de carbón, y la cría de animales. Su constante lucha contra el bosque y sus seres salvajes convierte en toda una hazaña cualquier cosa más que meramente sobrevivir. Su cultura tiene un nivel de frugal.

HOMBRES DEL BOSQUE AVENTUREROS

Cada padre y madre de los hombres del bosque teme el día en el que vea el brillo de pensamientos lejanos en los ojos de sus hijos o hijas favoritos, porque saben que el bosque salvaje y sus secretos pueden llenar el más bravo de los corazones, y capturarle con un anhelo que no puede ser satisfecho permaneciendo en casa. Pero si ese día no puede ser evitado, esperan por lo menos que su camino a la aventura no les lleve a descuidar la defensa de su propia gente, porque todo hombre de los bosques conoce la amenaza muy real que la Sombra representa.

Ocupaciones sugeridas: Guardián, Trotamundos. Los hombres del bosque son tan salvajes como su hogar, y cuando viajan no es por otro motivo que por el de recorrer tierras salvajes, aunque continúan estando en guardia contra la Sombra dondequiera que van.

Ocupación Inusual: Erudito. Adustos y prácticos, los hombres del bosque suelen tener un escaso interés por el estudio.

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Instigator
Radagast el Pardo

IMAGEN: Cynbal el Cacique y sus seguidores invitan a la Compañía del Dragón a participar en el torneo de los Yelmos Negros.


Tras los acontecimientos acaecidos en La Asamblea del Bosque, Radagast el Pardo informa a la Compañía del Dragón que ha llegado la hora de que Estel vuelva a su hogar en Rivendel (Imladris), donde su destino quedará manifiesto. No obstante, antes de su regreso, Estel debe pasar por las Estancias del Rey Elfo, donde deberá encontrarse con Thranduil.

Iorlas Adûnzâin, como máximo responsable de Estel, planifica la ruta más segura. Decide acompañar a la comitiva de Amaleoda, la Doncella Escudera hasta el Salón del Estanque Negro, y luego proseguir por los Estrechos del Bosque hasta llegar a Buhr Widu (Salón Oriental), donde Ceawin el Generoso asegura que serán bien recibidos, aunque la comitiva de este líder no haya llegado (ellos irán circundando el Bosque Negro Meridional por el sur).

La compañía se topa con alguna patrulla de Mogdred, lo que hace pensar que han comenzado a cumplir su cometido de vigilar la zona sur del Bosque Negro.

Pocos días antes de llegar a Buhr Widu (Salón Oriental), encuentran semiescondida en el bosque las ruinas una antigua fortificación élfica, Cor Angálaladh. Allí encuentran un grupo de orcos, a los que liquidan sin problemas; después, se enfrentan a la antigua maldición que pesa sobre el lugar, liberando a las ruinas de ese mal centenario.

En Buhr Widu (Salón Oriental) son recibidos por Garsendis la Emisaria. Luego prosiguen su viaje hacia el norte; en Ciudad del Lago (Esgaroth) y en Valle invierten el poco tiempo en arreglar asuntos particulares; especialmente, ponen en marcha sus terrenos en La Marca Superior a través de Hallam, hijo de Galmann.

Cuando llegan a las Estancias del Rey Elfo, son recibidos por Lindar e Ingólenat Kwantaisil, quien se encarga de acomodar a la compañía en las palaciegas cavernas. La reunión con Thranduil resulta especialmente tensa cuando Aelyos i lassekanta expone sus pensamientos con respecto a los Unknown. Thranduil se reúne con Estel.

Tras esto, la Compañía del Dragón es invitada a participar en una partida de caza: se ha avistado un ciervo blanco en las regiones septentrionales del Reino del Bosque. Las buenas aptitudes de la compañía permite que sean ellos quienes avisten primero al preciado ciervo, y le dan caza. De vuelta a las Estancias del Rey Elfo, se encuentran con un par de enanos que dicen tener a Ruithel secuestrada para vengar una afrenta hacia si líder, Frár el Barbilampiño, el exiliado de Pozogrís.

Acuerdan con Polin y Pomin que hablarán sobre lo sucedido en Pozogrís al rey Thranduil, y de la posibilidad de que Frár el Barbilampiño acuda a hablar con él, a cambio de la libertad de Ruithel; así, regresan con ella a las Estancias del Rey Elfo, donde se celebra la victoria de la Compañía del Dragón en la cacería. Ganan el título de amigos de los elfos.

Parten a Colina Verde para descansar; allí pierden las bendiciones de Radagast, pero curan la Sombra que les pesaba desde que partieran de Rhosgobel. Durante este tiempo, Theustal de Grenedun se ha erigido como "cacique" del lugar, y Lyskar Manofirme como jefe de las pocas fuerzas militares que hay; ambos cumplen sus cometidos con diligencia y la gente está satisfecha de la labor de ambos. En sus patrullas, Lyskar ha descubierto la presencia de, presuntamente, hobotrasgos.

La compañía parte hacia el este. Atravesarán el Monte Gundabad para dirigirse luego hacia el sur; según les dijo Radagast el Pardo, el lugar estaría más vacío de posibles enemigos de lo habitual, pues muchas tribus de orcos se han desplazado al sur. Por el camino, tienen un encuentro fortuito con Farmann el Errante. Pocos días después, llegan a las Colinas Negras, donde se encuentran con el clan de Cynbal el Cacique.

Tras las presentaciones, la compañía descubre que el clan van a realizar un torneo (los Yelmos Negros), donde el vencedor se podrá quedar con Essylt como premio. Se acepta que la compañía presente un campeón, y es Aelyos quien luchará contra Taredd, Fráech y Bedwyr. Aelyos gana el combate, pero antes de poder celebrar nada, se descubre que el poblado del clan está en llamas. Acuden rápido y consiguen rescatar algunos animales, perros lobos y personas, pero muere una buena cantidad. Hanna ayuda a salvar a una familiar de Essylt, pero los niños del poblado han desaparecido y hay flechas de orcos en los cadáveres encontrados. Forgall cree que la compañía a traído la mala fortuna al clan y azuza a una manada de huargos para que ataquen. Tras el combate, unos cuervos graznan "Angmar!! Carn Dûm!! Carn Dûm!!". Los montañeses aseguran tener un pacto con los orcos de la región para no molestarse entre ellos, pero ahora se sienten traicionados por estas criaturas. Están abrumados y desorientados, no saben cómo proceder.

Quieren venganza, pero no pueden reaccionar sin conocimiento del resto de clanes de las colinas, por lo que se reúnen al día siguiente después de haber pasado la noche buscando rastros. Finalmente, las supersticiones les impiden tomar una determinación, pero la Compañía ya había decidido durante la noche hacerse cargo. Essylt está complacida con esta decisión, e insiste en ir con ellos; Fráech se suma a la expedición por no dejarla sola con un grupo de extranjeros. Ya que nadie conoce esas tierras, se sugiere contar con los servicios de Hwalda, una guía regional muy experimentada. De camino al poblado de la guía, se cruzan con la Ciudad de los Éothéod, y aunque no se detienen por las urgencia, toman nota de la localización para volver en un futuro (se dice que hay tesoros escondidos...).

Hwalda acepta ser guía y solicita un pago (5 PT y 4 partes de cualquier tesoro encontrado) y se ponen en marcha al día siguiente. Pasan una noche de campamento bajo La atalaya Perdida (otro lugar del que toman nota) y en pocos días cruzan al otro lado de las Montañas Nubladas siguiendo una ruta algo peligrosa pero que solo Hwalda conoce. Al otro lado encuentran la  Colina de los Cráneos, donde intuyen que puede haber un túmulo, pero no se arriesgan y prosiguen. Se topan entonces con una pequeña patrulla de trasgos que tratan de huir hasta una cueva; se trata de una trampa y se ven obligados a combatir contra el Acechador del Valle Largo. Allí consiguen cierto tesoro y encuentras unas inscripciones realizadas en tiempos pasados por Glorfindel. Siguiendo por La Senda Helada durante más de 20 días, consiguen llegar a las puertas ruinosas de Carn Dûm.

Tras explorar la zona, la compañía decide entrar al bastión cruzando el puente. Allí comienzan los problemas, enfrentándose a una sombra y a los fuertes vientos que hacen tambalear el puente de piedra. No obstante, consiguen llegar a la barbacana, donde descubren unas escaleras que bajan al interior de las cuevas subterráneas. Descienden y los primeros rastros de los niños de los montañeses empiezan a aparecer: están prisioneros en una de las grandes cuevas, una sala que es mitad prisión, mitad sala de torturas. Tras asaltar la sala y liberar solo a los niños, emprenden la huida por los túneles, hasta que se topan con una patrulla de orcos y con Heddwyn el Vidente, padre de Essylt, quien resulta estar vivo: se ha convertido en un servidor de la Sombra y está preparando el terreno para la llegada "de un nuevo y poderoso Señor que unificará a todos los hombres del norte bajo su yugo". Intenta convencer a su hija para que se una a su causa; no obstante, Essylt ha ido recibiendo la influencia de los compañeros y, aunque está a punto de sucumbir a su padre, finalmente le da la espalda. Essylt se va con los niños mientras los miembros de la compañía acaban con Heddwyn. Todos huyen a través del laberinto de túneles inferiores de la vieja fortaleza, y cuando casi están acorralado, aparece Glorfindel, quien sabía que la compañía estaba en el lugar gracias a la piedra verde que dejó en la cueva del Acechador.

Con la guía de Glorfindel, la compañía sale de Carn Dûm. Essylt tiene claro que volverá con los supervivientes a las Colinas Negras, pero la compañía debe ir a Rivendel (Imladris). Sus caminos, pues, se separan, quedando buenas sensaciones en las gentes de los Valles del Gundabad que han estado con los compañeros.

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Tiempos de esperanza y oportunidades en el norte. Años en los que comienzan sus andaduras las grandes compañías de aventureros, como la Compañía de Rhovanion, la Compañía del Dragón o la Compañía Errante.

No obstante, la Dama Irimë de la Casa de Gil-Galad, antes de partir hacia los Puertos Grises para abandonar la Tierra Media, manifestó a los miembros de la Compañía Errante que estos serían "los últimos años buenos"...

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MAPA DE LOS AVENTUREROS

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Juan Tilmöst
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