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De porte austero, los aamanianos tienen la piel cobriza y ojos verde oscuro. En su seguimiento del ideal Ortodoxista de “unidad en cuerpo y espíritu”, los aamanianos usan un extracto de ortiga calva para eliminar todo el vello facial y corporal, consiguiendo así una igualdad en la apariencia. También son muy usados astringentes y polvos que blanquean la piel, como expresión de “pureza”. Sólo los atuendos más modestos son permisibles en Aaman: blusas descoloridas, túnicas diseñadas para ocultar la figura y gorros de hilo almidonado.

Los aamanianos descienden de los antiguos phædranos (y estos de los archænos), señores de un imperio que una vez se extendió por la mayor parte de las Tierras Occidentales. Aamán se convirtió en una nación independiente tras las largas y sangrientas Guerras de los Cultos, que enfrentaron a los ortodoxistas contra los paradoxistas del vecino Zandu.

La sociedad aamaniana está rigidamente estructurada, y está basada en un sistema religioso de castas. Los aamanianos de castas superiores trabajan en los gremios mercantiles, en los altos rangos del escalafón militar o en la clerecía en sus diversas ramas. Las clases bajas trabajan como granjeros, obreros, vendedores o como reclutas en la infantería. Los esclavos se ocupan de las más odiosas tareas manuales, no tienen derechos y son vistos como propiedades que pueden ser vendidas y compradas al antojo de sus amos aamanianos.

 

Relaciones
Fundamentalistas devotos, los aamanianos rehuyen cualquier forma de diversión o cualquier comportamiento imprópio, y se le adoctrina para no cuestionar nunca los dictados de sus superiores. El desacuerdo con la doctrina Ortodoxista se considera equivalente a la herejía, y puede conllevar consecuencias poco placenteras; el remedio usual para tal comportamiento suele ser un viaje a la Casa de Penitencia. Se requiere a los visitantes de otras tierras que muestren respeto por las costumbres locales. Los extranjeros son vigilados constantemente por los Monitores al servicio de los Caballeros del Ojo Que Todo lo Ve, desde el momento que entran en Aaman hasta el momento que abandonan el país. En lo que a esto respecta se les trata exactamente igual que a cualquier otro ciudadano.

Religión
La religión oficial del estado es la Alta Ortodoxia; todas las otras creencias se consideran herejías. El sistema religioso de castas aamaniano se basa en la adquisición y acumulación de maná, o “pureza espiritual”, que se mide en unidades llamadas “aalmas”. Se pueden obtener “aalmas” entrando en el sacerdocio o en una orden monástica, haciendo donaciones al templo, o realizando pregrinaciones a cualquiera de los lugares sagrados oficialmente aprobados por el culto. Los más importantes, por orden, son: el Pozo de los Santos, que se encuentra más allá de las Colinas Volcánicas, la Atalaya situada en las Llanuras de Golarim, el Desierto Rojo en Carantheum, y muchos otros lugares de menor importancia.

Es costumbre entre los aamanianos enterrar a sus muertos en ataudes lisos de hierro pintados de blanco y estampados con el icono del Ojo Que Todo lo Ve; ni en la muerte pueden escapar los creyentes a la mirada omnisciente de Aa. Los piadosos son enterrados con una mortaja blanca, mientras que los muertos en pecado son enterrados con una mortaja negra. Una lápida de piedra enumera el total final de aalms del finado y su estatus dentro del culto.

Idioma
Los aamanianos hablan una versión simplificada del alto talislantano. Despojado de las florituras y paráfrasis que son parte del alto talislantano, el idioma suena rígido, formal y contenido. La conversación aamaniana se limita a los clichés y dogmas del culto y a las citas de las escrituras ortodoxistas. La gesticulación es prácticamente desconocida; a los aamanianos se les enseña a hablar con las manos recogidas en actitud orante. Tanto los hombres como las mujeres pertenecientes al culto tienen siempres el prefijo “Aa” al principio de sus nombres, como en Aamar, Aabas, Aalm, Aama. A los conversos a la fe se les bautiza con un nombre aamaniano para distinguirlos de los infieles.

Aventureros
Los aamanianos raramente viajan fuera de su tierra natal, excepto en negocios mercantiles o en peregrinación. El enemigo tradicional de Aaman es la nación de Zandu; su enemistad se remonta quinientos años en el pasado. La Gran Muralla, construida tras las Guerras de los Cultos, es lo único que separa a los dos estados rivales.
Aaaman persevera en su política de persecución de todos los practicantes de brujería y de todos los cultos paganos, particularmente los Dhuna del vecino Licantrobosque. Arim es oficialmente neutral respecto a Aaman y Zandu; tambien los son Djaffir y Farad, cuyos intereses en Aaman son estrictamente mercantiles. Los Siete Reinos censuran a Aaman su condición de estado esclavista, y las relaciones diplomáticas y las comunicaciones entre las dos naciones son como mucho poco frecuentes.