Lucius Frannius

A las buenas gentes que dediquen su tiempo a leer este documento, dejen que me presente:

Soy Lucius Frannius, un humano originario de la República de Saggezza. De familia parlamentaria, a los pocos años de vida mi padre fue designado embajador de la República en la Ciudadela Azul. Ahí crecí, marcando mis gustos y mis intereses por la magia y el uso de la eterita. No obstante, los vientos de la política cambiaron y un nuevo embajador ocupó el lugar de mi padre. Eso hizo que volviéramos a la República, donde pasé mi adolescencia y seguí los pasos de mi familia en la política.
Los años pasados en la Ciudadela Azul me habían quitado la oportunidad de crecer con mi gente y hacer amistades y contactos, y eso era un hándicap a tener en cuenta puesto que me ralentizó bastante en comparación a mis rivales políticos.
Fue en mi época como adjunto al representante de mi región, a un paso ya de ser miembro de pleno derecho del Senado, cuando conocí al senador Carl L. Darwïnïan de la Ciudad del Vapor. Después de unos días de charlas y discusiones políticas, me invitó a ser partícipe de su expedición en El Nuevo Mundo y a unirme a la Union Geographic, una sociedad científica con el objetivo de conocer y estudiar los secretos del continente allende los mares. "Un político como tú con intereses en la magia y en la ciencia le vendría muy bien a la expedición", me dijo. Sin duda era un hombre digno del cargo que ostentaba.
Y así fue como tomé la decisión más difícil de mi vida: dejarlo todo atrás y embarcarme en busca de un nuevo mundo de oportunidades. Sería hipócrita si dijera que no me aterraba el enfrentarme a lo desconocido, más la recompensa bien valía el riesgo.
Decidido, subí a bordo del navío que me llevaría directo a mi nuevo hogar. Directo a Unión.