Me llamo Umberto, un monje de la orden de “Dólokai el Saciante”. Una orden compuesta por devotos de la fe en la Dama y ubicada en el ecuador de la nación de Ethnos. Me he criado en la abadía de dicha orden desde que tengo memoria como otros muchos abandonados al nacer por familias sin ningún interés y/o posibilidad de mantener a un niño.
Tras pasar varios años de aprendizaje con mi maestro de Alquimia, Chai, y ser reconocido como un monje de la orden de pleno derecho, me dediqué a mis labores típicas en la abadía. Siendo la más importante la producción de diversas plantas y cultivos, con los cuales creaba productos elaborados como pociones y bebidas alcohólicas (cerveza y vino principalmente) que se vendían para seguir financiando la orden y mantener la abadía. Uno de los mejores licores que supo elaborar fue el conocido "Aqua Vivificantem" que daba alivio al cuerpo y al alma después de un trago moderado.
Sin embargo, durante una noche, soñé con una voz que se hacía llamar Gaia, quien me habló sobre los hijos de Gaia, un grupo formado por seres con capacidades animales. Me mandó buscar a Amaterasu; quién era la líder del Clan Luperca, un grupo formado por estos seres llamados hijos de Gaia, y que habitaban en Unión: el Nuevo Mundo. Gaia me habló de una misión que me había sido encomendado y que guardaba relación con ellos.Tal fue mi sorpresa, que tras despertarme, yo mismo había obtenido desde ese momento el poder para convertirme parcialmente en un gorila a voluntad, o como me dijo Gaia, el poder de un Rajaco.
Tras tratar de encontrar algo de paz en mi interior orando ante la Dama, acudí a mi maestro Chai en busca de consejo. Le expliqué lo poco que sabía sobre esa voz llamada Gaia y todo lo que me sucedió, incluida mi repentina capacidad de transformarme. Mi maestro siempre fue comprensivo y abierto de mente para cualquier tema afortunadamente, por lo que me recomendó ir en busca de ese clan Luperca. Si era un designio de la divina providencia, a la cual él defendía que podía presentarse de muchas formas posibles, debía de hacerlo y descubrir porque esa misteriosa voz me había hablado en sueños y descubrir si era la representación del bien o del mal.
Tras hablar el maestro Chai con el Abad, proponiéndome para transmitir la fe y la marca de la orden en el Nuevo Mundo, obtuve un permiso para viajar a Unión como representante de la orden junto a todos los artículos necesarios para mi viaje y un billete para montar en el dirigible que me llevaría a Unión.
Ya en el dirigible conocí a Eleanor y a Yue Liang,quienes resultaron también tener unas capacidades similares a las mías y conocimientos de Gaia. Gracias a ellos ya no estaba solo y me dirigía junto a ellos a descubrir más sobre lo que estuviese sucediendo con los llamados "hijos de Gaia" y su relación con el Nuevo Mundo.