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  1. Timelines

Cronicón de Talislana: La Era Olvidada

Crónica del Mundo de Archæus

El mundo sobre el que ahora caminamos, Archæus, no es más que la suma de todo lo que ha venido antes. Haciendo crónica de esas eras perdidas y de los imperios olvidados de la antigüedad nos sumergimos profundamente dentro de las cicatrices que Talislanta luce hoy en día.

- Historia del Mundo, por Hotan

La Era Olvidada es una serie de periodos que, en general, se extiende a lo largo de varios milenios. Desde el Tiempo Antes del Tiempo (incluso anterior al descubrimiento del orbe que trajo la magia a los hombres de Talislanta) pasando por la horrible catástrofe del Gran Desastre, e incluyendo los siglos que pasaron hasta la fundación del Imperio Phædrano. Durante esta antigua era, los primeros y más grandes magos se elevaron prominentes. Comenzando como unas simples gentes tribales, estos hombres primitivos llegaron finalmente a dominar el poder arcano necesario para concederles una dominación sin parangón sobre el mismo mundo. Exploración, colonización, descubrimiento, invención… estas son las palabras que resumen al pueblo que hoy conocemos como Archaenos.

Las pruebas fiables y los registros supervivientes de esta antigua era son raros, y acordemente su valor no puede ser sobrestimado por muchos eruditos. Conseguir conocimiento fiable de eras pasadas es el trabajo de toda una vida tanto para muchos cronistas y como para muchos aventureros. Varios eventos a lo largo de la historia han destruido cualquier esperanza plausible de recuperar mucho del antiguo saber, siendo los más notables la quema de la Biblioteca de Badiján y el propio Gran Desastre. Para aquellos que buscan los secretos del pasado, los registros fragmentados de eruditos y sabios del pasado constituyen la mayoría de lo que ha sobrevivido hasta la era moderna, y ahora sirven como fuente primaria de conocimiento. Como resultado, todas las fechas mencionadas en el siguiente texto son estimaciones basadas en interpretaciones del antiguo calendario Archæno.

Para el moderno erudito, la Era Olvidada está dividida en siete periodos menores, cada uno de ellos comenzando y concluyendo en grandes cambios sociales sobre la faz de Talislanta. Estas eras son conocidas como el Tiempo Antes del Tiempo, la Era Primordial, la Ascensión Archæna, la Era de los Cielos, la Era del Declive, el Gran Desastre, y el Tiempo del Caos. Naturalmente, la gente de aquellos tiempos no hablaba de vivir en dichas eras, pero las denominaciones son de utilidad para los modernos historiadores. Tras la Era Olvidada viene la Nueva Era, que estuvo en inicio (aunque por breve tiempo) denominada como Era Phædrana.

El Tiempo Antes del Tiempo (TAT)

Los únicos remanentes (si es que en verdad lo son) de esta era prehistórica se encuentran hoy en día en la inhóspita región de Khazad, en el noroeste de Talislanta. Los viajeros pueden encontrar en la región pilares de piedra e hitos de tumbas salpicando el paisaje a intervalos irregulares, atribuidas a una raza largo tiempo desaparecida conocida como los Thane. De acuerdo con las tallas en las lápidas, estos Thane parecían humanoides altos y esbeltos. No se conoce cuando los Thane llegaron a Khazad, ya que el Tiempo Antes del Tiempo se retrotrae hasta la misma creación del mundo. Podría ser que los Thane fuesen el único ejemplo de civilización en tiempos tan pretéritos, o que fuesen los únicos que dejasen algo que las generaciones venideras pudiésemos conocer. Fuese cual fuese la verdad acerca de esta raza, vivieron y murieron durante la Era Olvidada, permaneciendo muchos siglos sin mantener contacto real con el resto del mundo mientras éste se desarrollaba. Quizá se habían acostumbrado a estar solos.

Khazad luce las marca de los Thane incluso hoy en día, en la antigua ciudad hoy conocida como Necron y en las dispersas “Piedras de Alerta” que puntean el paisaje. Estos pilares parecen marcar lugares donde tuvieron lugar grandes batallas o eventos que tuvieron lugar en el Tiempo Antes del Tiempo, aunque se ha perdido en el pasado lo que los Thane estaban tratando de reseñar en las borrosas tallas de estos monumentos. Algunas pruebas apuntan a ciertas tallas relacionándolas con figuras demoníacas, pero no se ha llegado a una conclusión al respecto. Lo que sí está demostrado es que los Thane eran expertos ocultistas con un gran interés en los planos inferiores, y que armaron una flota de navíos de casco negro con la que surcaban las aguas al oeste y al norte de Khazad. Los megalitos desperdigados por las playas de la Isla Mórbida también atestiguan su presencia, pero ha de tenerse en cuenta que mucho del conocimiento adicional atribuido a los Thane procede de los escritos archænos, realizados miles de años después del Tiempo Antes del Tiempo, y no puede ser dados por ciertos.

Era Primordial (EP)

En algún momento durante el Tiempo antes del Tiempo un navío extra planetario de origen alienígena cayó sobre Archæus y se estrelló en las tierras salvajes e ignotas del occidente de Talislanta. Allí permaneció el pecio durante un tiempo desconocido hasta que fue hallado por azar por las primitivas tribus bárbaras de la era. Un grupo de cazadores tribales entró en los restos del gigantesco Arca Alienígena venido del espacio y, dentro de los extraños muros del artefacto descubrieron el objeto más importante de la historia de Talislanta: un orbe de material desconocido. Esta esfera cristalina contenía los secretos y capacidad para enseñar un conocimiento alienígena a aquellos que poseyesen dicho orbe.

Ese conocimiento, nunca visto antes en el mundo, era la magia.

El pueblo tribal declaró que los hacedores del “icono” estrellado debían haber sido los dioses, y que el Orbe Archæno era un regalo de estas deidades moradoras del cielo. Con primitivo abandono las tribus establecieron Círculo de Piedra, menhires, dólmenes y estructuras megalíticas para reverenciar a aquellos que la historia llama ahora los Dioses Olvidados. Y así comenzaron la magia y la religión en Talislanta, aunque fuesen, como todas las cosas de esa era, realizadas, reverenciadas y domadas de forma poco más que primaria.

Pasaron años, quizá siglos. Por razones que los modernos estudiosos no pueden más que elucubrar, la creciente tribu movió sus clanes nómadas hacia el sur y abandonó las pocas primitivas aldeas que habían establecido para fundar un asentamiento en lo que hoy es el suroeste de Aamán. Este asentamiento crecería hasta convertirse en la enigmática ciudad de Arcanópolis, la Ciudad de los Secretos. En esta era no constituía más que una villa fortificada en la ribera del río Axis, posiblemente establecida en el lugar donde la caza era abundante, la pesca era próspera, y con el objetivo de mantener a otras tribus alejadas del precioso orbe. Este sencillo pueblo tribal fueron los ancestros de los Unknowns, los más poderosos magos que caminaron sobre la faz de Talislanta, y que son conocidos en esta época como los Guardianes del Saber Secreto.

En la Era Primordial la magia practicada por esta tribu era probablemente una mezcolanza de chamanismo, brujería basada en la naturaleza, e idolatría. Con su nueva fe en los Dioses Olvidados y desentrañando poco a poco el poder del orbe para alimentar sus rituales, la tribu comenzó a expandirse hacia nuevas tierras. Al principio esta expansión procedió como podía esperarse, con poco más que pequeñas y salvajes escaramuzas entre tribus salvajes. Los que pronto serían conocidos como Unknowns, con la soberbia de los verdaderos creyentes y la altivez de los civilizados, comenzó a referirse a las otras tribus como los “Sub-humanos”. Al final del primer milenio tras el descubrimiento del arca alienígena y del orbe, los primeros Archænos habían conquistado y reclamado para sí tierras tan al este como Zaran, y establecieron un segundo asentamiento en lo que hoy es la moderna Polis de Hadj, al que llamaron Phandril. Aquí murió la expansión, dado que al este ya no quedaban más tribus bárbaras de Sub-humanos, sinó una nueva raza enteramente distinta. Y las criaturas conocidas como Drakken no iban a quedarse de brazos cruzados mientras llegaban los guerreros archænos.

Ascensión Archæna (AA)


  • Aunque los historiadores denominan al Segundo Milenio como la Ascensión Archæna, dicho ascenso a la dominación no fue claro ni carente de oposición. Durante los primeros siglos de la era los Unknowns estuvieron en guerra con los reptilianos Drakken, aunque los débiles humanos tuvieron escaso éxito en principio contra las numerosas y físicamente poderosas criaturas lagarto. La Primera Guerra tuvo su punto culminante durante el asalto archæno a la ciudadela drakken de Golarin. La Atalaya (una espira rocosa imposiblemente alta y esbelta con vistas a todas las llanuras circundantes a Golarin) era uno de los puestos de guardia tradicionales de los drakken. Desde allí los centinelas reptilianos avistaron el avance de la horda de soldados archænos, suficientes hombres para arrasar la ciudadela si no recibía refuerzos.

    Pero los drakken enviaron refuerzos. Los jinetes de dragón drakken llegaron a tiempo para aplastar salvajemente al ejército archæno, atrapado entre las fuerzas de la ciudadela y las tropas de refuerzo. La Primera Guerra había terminado al poco de empezar, resultando en una amarga y brutal derrota en la que los drakken masacraron a los archænos desbandados y desmoralizados. El insulto final fue la destrucción de Arcanópolis y la erradicación de todo rastro conocido de la Ciudad de los Secretos de la faz de Talislanta. Los supervivientes de la Primera Guerra huyeron a Phandril con todo aquel precioso conocimiento y posesiones que pudieron transportar. El Orbe Archæno se perdió para siempre, o fue incluso destruido, pero los refugiados de Arcanópolis llevaron con ellos los conocimientos del artefacto alienígena, transcritos en un tomo conocido como el Codex Archæno.

    En Phandril, la ciudad de los magos y la invención, los archænos se refugiaron tras las altas murallas y se lamieron las heridas de la guerra. En las siguientes décadas los humanos refinaron sus artes mágicas aún más y fraguaron una alianza duradera con las tribus de sub-humanos, teniendo en común ambas partes su odio hacia los drakken. La alianza no fue fácil de conseguir y requirió una respetable cantidad de tiempo llegar a atar todos los cabos, pero el resultado final fue el ofrecimiento de la eterna amistad de los archænos y el derecho a las tierras fértiles en las llanuras que rodeaban Phandril. Como contrapartida los sub-humanos unirían sus ejércitos a los archænos y recorrerían juntos el sendero de la guerra contra la nación drakken.

  • Tras un número indeterminado de años, los ejércitos unidos de Unknowns y sub-humanos marcharon contra los Drakken. Esta vez los hechiceros de Phandril estaban preparados, y asaltaron la espira de la Atalaya con terribles tormentas para nublar la vista de los centinelas y para evitar que los jinetes de dragón entregasen mensajes a otros destacamentos. Con la ventaja de la sorpresa y con el tamaño de sus ejércitos oculto al enemigo, los invasores humanoides asaltaron la ciudadela de Golarin, masacrando a defensores e inocentes por igual. Los drakken que intentaron huir a Kharakhan fueron perseguidos y abatidos por los jinetes sub-humanos que se desplegaron por la región tras el asalto inicial.

    A los pocos días de la caída de Golarin Kharakhan sufrió una suerte similar. Los pocos drakken supervivientes abandonaron el continente, aparentemente por medio un puente de tierra, hoy inexistente, que conectaba Talislanta con otro continente desconocido y aún no cartografiado al sur.

    En cuestión de semanas la Última Guerra de los Dragones había terminado, y las razas humanoides eran los gobernantes de Talislanta.

  • La paz entre los archænos y las tribus sub-humanas se mantuvo durante siglos. Aunque los bárbaros permanecieron en su estado primitivo y avanzaron poco durante el paso de los años, los archænos entraron en una era de descubrimientos mágicos, incorporando nuevas disciplinas como la hechicería, el encantamiento y la alquimia, mientras expandían su floreciente civilización por todo el continente. Los exploradores se convirtieron en colonos, los colonos fundaron asentamientos, y los asentamientos crecieron hasta convertirse en vastas ciudades, formando las Cuatro Naciones, así como las ciudades estado independientes de Torquar, Jalaad, Ashann, Numenia, Osmar, Kasraan y Xambria. Este fue el auténtico inicio de la Era Archæna, en el cual los rápidos avances tanto en invención como en magia elevaron a los humanos de Talislanta por encima de su pasado primigenio y salvaje. Había nacido el Imperio Archæno, y la instrucción mágica estaba disponible para todo aquel que mostrase el talento, la dedicación o el deseo necesario para aprender las nuevas artes que emergían de los colegios arcanos. Los poderosos objetos encantados mágicamente y las complejas manufacturas alquímicas eran comunes. Así fue la gloria del creciente Imperio.

    La fe en los Dioses Olvidados fue desapareciendo gradualmente, y los cultos centrados en una única entidad divina comenzaron a florecer. Los más poderosos de estos cultos fueron los numenianos y los torquaranos, cuyos seguidores llegaron a gobernar estas ciudades estado rivales de Numenia y Torquar. Los numenianos eran idólatras que reverenciaban al dios Ikon, colocando su fe en el poder y la santidad de los objetos encantados. Por su parte los torquaranos eran magos oscuros que empleaban invocaciones rituales para entablar tratos con entidades extradimensionales, convocando “visitantes” que les proporcionaban conocimiento y poder. Cada ciudad consideraba a los habitantes de la ciudad enemiga como herejes sacrílegos, pensando los numenianos que los torquaranos eran unos idiotas pecadores engatusados por las vanas promesas de demonios, mientras que los torquaranos consideraban a sus enemigos como estúpidos cegados por su estricta reverencia hacia objetos mundanos.

  • En algún momento hacia el final del primer milenio de dominio archæno una poderosa ocultista, miembro de la familia real de Torquar, concibió un hijo de un poderoso shaitán llamado Zahur. El hijo de esta unión fue una cornuda criatura demoníaca que despertaba el desprecio de todos los que la miraban. La historia le da el nombre de Drax, aunque no hay registros fiables acerca de si este era su verdadero nombre o únicamente un embellecimiento de los estudiosos. Lo que si está claro a través de numerosos documentos es que antes de alcanzar la adolescencia Drax asesinó a su madre, tomó el control de su feudo y se elevó al exaltado estatus de monarca. Tomando el nombre de Rey Nigromante de Torquar, Drax estudió las artes oscuras bajo el tutelaje de su padre Zahur, dominando la monstruosa habilidad de crear criaturas fusionando los cuerpos de distintos seres. Muchos de los cultistas de negro corazón que componían la teocracia gobernante en Torquar vieron grandes oportunidades en los progresos del nuevo monarca, y ayudaron al Rey Nigromante a crear un vasto ejército de híbridos mágicos. Los soldados de este ejército eran los resultados retorcidos y enloquecidos de una magia nunca antes vista en Talislanta. Hechos de la fusión de cuerpos y mentes de sub-humanos capturados, bestias salvajes y entidades demoníacas menores, estas voraces hordas fueron espoleadas contra las ciudades estado que compartían frontera con Torquar.

    Pero en el horizonte se atisbaban nubarrones aún más oscuros. Phandril permaneció distante ante la tormenta que se avecinaba, rehusando compartir sus innovaciones y su arcanología. Es en esta época cuando se diseñan los primeros aeronavíos y cuando estos magníficos artefactos surcan los cielos por primera vez. También es la era en la que la Ascensión Archæna toma un rumbo violento.

  • Las disputas territoriales acerca de las fronteras entre los gobernantes de las Cuatro Naciones se enconan y se convierten en escaramuzas. Tras ser derramada la primera sangre, los monarcas de la región pronto declaran guerra abierta contra sus vecinos. Pese a estar todas las ciudades estado bastante parejas en poder y recursos, todas se lanzan de cabeza a la conflicto, sólo para acabar absolutamente devastadas unos pocos meses después. Aunque la Guerra de las Cuatro Naciones cambió irrevocablemente la faz de Talislanta, en todo su salvajismo fue un conflicto realmente breve. En las secuelas del conflicto, los merodeadores híbridos de Torquar recorren las ruinas de las ciudades llevándose todo lo que encuentran de valor, erradicando toda forma de vida, y arrasando edificios y monumentos. Hasta el día de hoy han perdurado tanto fragmentos de historias para niños como referencias históricas que relatan cómo Drax se regocijaba en la masacre.

  • Los torquaranos violan el antiguo tratado con los sub-humanos, apropiándose de miles de acres de tierra fértil que habían sido concedidos a las tribus. Los sub-humanos, enfurecidos, declaran la guerra a todos los descendientes de los antiguos archænos.

    En los años que siguen, Drax es reemplazado por su aprendiz Narishna. Las distintas crónicas ofrecen informaciones contradictorias acerca del destino último del primer Rey Nigromante. Unas afirman que murió de viejo, otras que huyó a otro plano de existencia tras haber enfurecido a la jerarquía de los Shaitán, y algunas incluso afirman que fue asesinado por la propia Narishna, que ansiaba el trono. Cualquiera que sea la verdad, lo cierto es que el reinado de la aprendiz nunca estuvo destinado a ser muy largo. Narishna instigó un pogromo genocida contra todas las criaturas sentientes que no fuesen torquaranas, afirmando que eran especies inferiores y que no merecían el derecho a seguir existiendo. El reino torquarano se volvió fanáticamente obsesionado con la pureza genética, sacrificando a millones de víctimas en los Fosos Ígneos de Malnagar, entre ellos a casi la totalidad de los pacíficos ciudadanos de la ciudad de Xambria y a incontables sub-humanos cuyas tribus guerreaban contra la nación del traidor Drax.

    Los Numenianos se mantuvieron inactivos durante una década o más hasta que finalmente se alzaron contra los ejércitos genocidas de Torquar. El gobernante de la ciudad estado, el archimago Solimorrion I, finalmente condenó las acciones de las tropas de Narishna y tomó el voto de derrocar a la Reina Nigromante. Los nigromantes torquaranos lanzaron una plaga contra la región entera de Numenia, corrompiendo las cosechas y amenazando con hambrunas para evitar una guerra más costosa. Solimorrion se reunió con su consejo de guerra por última vez, y luego fue a la guerra en persona, retando a Narishna personalmente en combate mágico, para evitar más muertes y destrucción por contaminación de la tierra.

    Solimorrion tuvo éxito, triunfando en un duelo de poder arcano que posiblemente se encuentre entre las más grandes exhibiciones de energía mágica de toda la historia, pero a un gran coste personal. Narishna murió ese día, pero nunca se volvió a ver de nuevo a Solimorrion.

    Y pese a todo ello Phandril permaneció independiente e intacta. De hecho continuó expandiéndose, innovando y avanzando. Fue en estos tiempos cuando el gran arcanólogo Koraq formula las bases de la magia cuántica y la jorguinería, que comparte con todos aquellos que muestren interés en su trabajo y sean capaces de entenderlo. Mientras tanto el continente se sume en el caos y el desorden, amenazando con detener la Ascensión Archæna en seco. Numenia, carente de su gobernante arcano, termina finalmente cayendo bajo el ataque de los sub-humanos en pie de guerra. La sociedad torquarana se hace pedazos una vez que los magos oscuros del culto nigromante se desbandan. Las amargas rencillas internas y la aparición de los implacables cazadores de brujos xambrianos cobrándose venganza por sus compatriotas exterminados aceleran la caída de Torquar. La puntilla para la nación más infame de la historia de Talislanta la terminan de dar la unión entre los ejércitos híbridos, ahora incontrolados y sin liderazgo, y las bandas merodeadoras sub-humanas, que conjuntamente saquean y arrasan la propia ciudad de Torquar.

    Aunque Phandril se ha mantenido al margen del conflicto, juega un papel importante en su desenlace al acoger a los restantes gobernantes de las ciudades estado archænos en un encuentro de vital importancia. Nunca más las acciones de una nación como la torquarana amenazarán la estabilidad de Talislanta, llevando al Imperio Archæno al borde de la aniquilación. Siete grandes maestros de la magia son elegidos para servir como el nuevo cuerpo de gobierno de todo el Imperio, conocido para la historia como la Cábala Archæna. Estos siete son Koraq el Jorguín, su esposa la Jorguina Sylan, Rodinn el Hechicero Loco, Arkon el Mago, Cascal el Ilusionista, el erudito Xanadas y una Encantadora cuyo nombre se ha perdido entre las páginas de la historia.

    La Cábala Archæna decretó que las ciudades estado debían ser abandonadas y cedidas a los sub-humanos, en reconocimiento formal del antiguo contrato entre los dos pueblos y como recompensa adicional por la depravación de la nación torquarana. El concilio decretó también que la Era de los Cielos había comenzado, y que los archænos nunca más habitarían el suelo, sinó que vivirían en los mismísimos cielos.

Era de los Cielos (EC)

El tercer mileno se inicia con el anuncio realizado por la Cábala Archæna en la ciudad de Phandril. En esta reunión se redactaron y aprobaron nuevas leyes, con la intención de que ningún mogo pudiese violar estas directrices éticas sin sufrir un severo castigo. Entre las principales de estasa nuevas reglas se encontraba la Primera Ley, prohibiendo el conflicto directo entre magos. El Código de Orden está referido en diversas fuentes como una lista de trece o treinta y tres leyes que debían gobernar el comportamiento de los más poderosos mago, evitando la vasta expansión de la influencia corruptora que infectó Torquar y que llevó a los Sub-humanos a la revuelta. Directamente relacionada con la malicia de los Reyes Nigromantes se encuentra la Sexta Ley, un decreto que ponía severas restricciones a los sortilegios de convocación, establecía el uso de protecciones durante los mismos, y regulaba la presencia obligatoria de testigos y consejeros sancionados por la Cábala en caso de cualquier contacto con entidades demoníacas.

Tras el decreto que ordenaba el abandono de las ciudades se inició un siglo tumultuoso, con las hostilidades entre Sub-humanos y Unknowns apenas suprimidas mientras aquellos esperaban durante tres generaciones a que estos abandonasen sus asentamientos como habían prometido. A los pocos días de la reunión de la Cábala se inició la construcción de la primera ciudad celestial, Æon, y al final del primer siglo del tercer milenio las viejas ciudades fueron abandonadas mientras el pueblo Archæno se elevaba sobre las tierras talislantanas, arrasadas por la guerra. Algunos focos dispersos de disidentes, rebeldes, exiliados y expulsados quedaron atrás, sacando adelante su existencia lo mejor que pudieron, privados de los lujos y los cachivaches mágicos de aquellos que ahora moraban sobre las nubes. La Era de los Cielos había comenzado por fin, dejando de ser una promesa y convirtiéndose en una realidad.

Aunque entre los historiadores y cronistas es común referirse a este periodo del Imperio como la Edad Dorada, queda claro por los documentos Archænos supervivientes que las gentes de la era se referían a sus tiempos como la Era de los Cielos. Dejando de lado los nombres, el periodo estuvo marcado por un gran ascenso en la intelectualidad, los descubrimientos y la innovación mágica. Se crearon nuevas formas de magia y las viejas artes arcanas fueron refinadas hasta casi la perfección. Se crearon nuevas ciudades celestiales con gran celeridad, gracias a los poderes de hechicería sin parangón que los magos del Imperio ahora poseían. En cada generación los avances se prodigaban cada vez más. El erudito Hotan comenzó a reflexionar y a desenmarañar la geografía metafísica del Omniverso, mientras que Cascal el ilusionista exploraba los límites de la percepción y la realidad. Los exploradores y los bravos capitanes de los aeronavíos se aventuraron más allá de los mares para visitar continentes aún no cartografiados más allá de Talislanta, retornando con sus bodegas repletas de gemas desconocidas, bestias exóticas, hierbas mágicas, y noticias de otros seres sentientes en Archæus.

Los más notables entre los seres inteligentes con los que los Archænos hicieron contacto fueron los Unknowns, una raza de seres extra dimensionales cuyo navío se había estrellado en el continente de Simbar. Estos alienígenas carecían de capacidades mágicas, pero eran maestros en una extraña disciplina metafísica conocida como tecnomancia, que era desconocida para los archænos. Los neurianos tenían su capital en Aurantium, una fabulosa ciudad donde cada edificio estaba cubierto por pan de oro, y destacaban por su habilidad en la construcción de complejos mecanismos como los autómatas. La alianza entre archænos y neurianos avanzó con rapidez, y los dos pueblos comenzaron a explorar las posibilidades ofrecidas por el viaje interdimensional.

Los archænos descubrieron otros continentes, Celadon y Altarus entre ellos, y establecieron colonias allí para mayor gloria del imperio en expansión. La ciudad flotante de Imperion fue creada con el único propósito de estudiar las formas de vida indígenas de Celadon, mientras que los asentamientos de Randún y Kharistán se fundaron en Altarus para "jugar" a la guerra entre las dos ciudades. Muchos archænos se aficionaron a contemplar los emocionantes enfrentamientos entre los habitantes de las dos ciudades combatiento entre sí, y su placer se veía magnificado por el incesante aporte de nuevas tropas en la forma de neomorphos. criaturas artificialmente creadas en los laboratorios taumaturgicos de los hechiceros archænos, tanto de las ciudades celestiales como de ambas ciudades de Altarus.

El número exacto de ciudades celestiales archænas es desconocido, debido a la dificultad para fechar adecuadamente los registros de la época, y por los destinos particulares de cada ciudad tras el Gran Desastre. El conocimiento relativo a la arquitectura particular y a las creaciones de cada ciudad es raro, confuso, y a menudo contradictorio. Incluso los cristales que mantenían las ciudades flotando son escasamente mencionados en los tomos recuperados de esa era, y cualquier información referente a estos "motores encantados" puede alcanzar un alto precio si se ofrece a los estudiosos adecuados.

Era del Declive (ED)

Así como la Era de los Cielos se inició por una reunión de la Cábala Archæna, así comenzó el siguiente milenio, denominado por los historiadores como la Era del Declive. En algún momento durante los siglos tras el establecimiento de las ciudades celestes, cientos de representantes se congregaron en la reunión de la cábala y exigieron que el Código de Orden fuese enmendado y rectificado. Las enmiendas propuestas iban todas en el sentido de proporcionar más libertad e imponer menos restricciones sobre aquellos que deseaban experimentar con las artes arcanas. El arte de la era que versa sobre este dramático evento muestra cientos de representantes togados gritando y apuntando a los siete magos de la Cábala, que están sentados y aparecen con una expresión serena y entristecida a partes iguales. Sin importar lo cierto de las impresiones de los artistas, lo que ocurrió en ese encuentro sacudió al Imperio, sacándolo de su curso de prosperidad e innovación, e inició el descenso hacia la decadencia y la ruina final. Los representantes de las ciudades celestes anunciaron que los gobernantes de cada asentamiento habían votado por unanimidad limitar la autoridad de la Cábala. Nunca más el Código de Conducta coartaría su creatividad.

Algunas leyendas afirman  que la Cábala Archæna, inigualable en su poder, sabiduría y experiencia, dimitió de sus cargos con disgusto. Otros señalas que los representantes en coalición exiliaron a la Cábala por la fuerza, pero esto parece muy improbable y posiblemente esta historia sea el resultado de un cronista errado.

La nueva Cábala Archæna se eligió entre los representantes de las ciudades celestiales, y pronto cayeron en rencillas internas y se dedicaron al estudio egoista de la magia con varios niveles de desprecio por la seguridad del reino. A lo largo del siguiente milenio se abrieron de nuevo sin restricciones los portales a otros reinos, los magos criaron seres neomorphos y los esclavizaron para su propio divertimento, y la cultura de aprendizaje y avance se convirtió en celebración de la corrupción. No fué un cambio rápido, pero fué un cambio definitivo. Cuando los miembros de la primera Cábala Archæna advirtieron contra los horrores mágicos que podían desencadenarse sobre el mundo, fueron acallados por las nuevas autoridades, desprestigiados mediante escándalos, y en un caso , mediante el asesinato.

En algún punto cerca de la mitad del Cuarto Milenio un aeronavío archæno fue atrapado por una tormenta repentina y se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en la costa sur de Talislanta. Aquí una raza marinera de Sub-humanos concidos como Unknown capturaron el navío varado y obligaron a la tripulación a enseñarles a gobernar el buque. Durante las siguientes décadas los baratus se convirtieron en la perdición de los cielos archænos, reuniendo una flota de aeronavíos capturados y reparados, y frecuentemente interrumpían el comercio entre ciudades durante estaciones enteras.

En los siguientes siglos las decadentes prácticas de Farnir, Shalihan y Eyrithria se extendieron como un cancer por el corazón del Imperio. Ejércitos de soldados esclavos creados mediante taumaturgia se masacraban entre sí proporcionando diversión a los generales archænos, mientras que los más ricos se sometían a algeraciones cosméticas masivas, o se alejaban de la realidad mediante el uso de hierbas alucinógenas e ilusiones sofisticadas, más reales y satisfactorias que la propia vida real. El pueblo archæno dejó de crecer e innovar, y comenzó a estancarse. Las nuevas invenciones y desarrollos arcanos se producían únicamente en el campo del ocio y el placer, satisfacciendo la cada vez más exigente nobleza que deseaba prolongar sus vidas y su belleza.

Hacia el final del mileno que los historiadores denominan la Era del Declive, un contingente de Unknowns llegó a la ciudad de Locus y pidió audiencia con la Cábala Archæna. Lo que se discutió en tan extraña asamblea se desconoce y posiblemente nunca sea revelado. Los historiadores y estudiosos han intentado atar cabos para elaborar sus teorías, pero el conocimiento de la época (y de los años posteriores) está comprensiblemente fragmentado, en el mejor de los casos, o simplemente no existe, en el peor. Parece seguro asumir que los neurianos estaban preocupados por la posibilidad de un cataclismo devastador de alcance global. Las teorías acerca de la naturaleza exacta del evento van desde los neurianos exigiento tributo por no invadir el imperio hasta la posibilidad de que el uso masivo de la magia en aquellos tiempos, sin parangón en toda la historia, había dañado el mismiso tejido dimensional que separaba Archæus de otras realidades alternativas. Algunas leyendas también afirman que los neurianos se exilaron de las tierras archænas tras esta reunión funesta, aunque la veracidad de tales historias nunca ha podido ser comprobada. Los neurianos abandonaron Locus y retornaron a Aurantium.

Pocos años después llegó el fin del mundo.

El Gran Desastre (GD)

Quizá los @Thane sabían que era lo que se aproximaba. Eso prodría explilcar porqué una ciudad entera está oculta bajo tierra y su población sumida en lo que parece un reposo ritual. Es plausible de que estos seres pensasen que podían estar a salvo del cataclismo para revivir más tarde. Quizá los Unknowns también lo sabían, lo cual explicaría su reunión con la Cábala Archæna y la acelerada construcción de las Arcas Neurianas, a las que se refieren a menudo en las leyendas supervivientes entre su pueblo como su última esperanza de escapar "antes del fin". Quizá muchos otros lo sabían e hicieron esfuerzos para salvarse a sí mismos y a los suyos en la mejor de sus capacidades durante los años finales de la dominación archæna. Es razonable pensar que si tuvieron éxito entonces sus descendientes viven hoy en día, trayendo hasta nuestros días sus arcáicos linajes, ignorantes de su verdadero legado.

Los Archænos obviaban lo que se aproximaba, pese al poder casi infinito que ejercían sobre el mundo. Esta falta de discernimiento es achacable a la ignorancia, el orgullo y el egoismo, y pagaron cara su necia vanidad cuando el Gran Desastre estalló y barrió su Imperio de la faz de Talislanta. Sus ciudades mágicas se disolvieron, explotaron, se estrellaron o fueron arrojadas al espacio por la fuerza arcana que barrió Archæus. Cualquiera que fuera la razón exacta del Gran Desastre, no se limitó a bajar de su pedestal a la nación archæna; la arrasó por completo. Aquellos que consiguieron sobrevivir a la disolución y destrucción de las Ciudades Celestiales fueron presa fácil para las tribus bárbaras y los feroces depredadores de la superficie.

Los estudiosos han identificado algunos de los sucesos más trascendentales del cataclismo: El sol rojo se partió en dos, calcinando planetas mientras los soles gemelos estabilizaban sus órbitas. Siete nuevas lunas aparecieron en el cielo nocturno. Los continentes se sacudieron al recolocarse las placas tectónicas, hundiéndose Simbar bajo las frías aguas del océano. La tierra de Alcedón fué arrancada del mundo y arrojada a los cielos. Talislanta se vió recorrida por titánicas descargas mágicas, reduciendo montañas a polvo y formando nuevos riscos. Surgieron nuevas cordilleras donde las placas tectónicas chocaron entre sí. El Mar del Norte se secó, dejando detrás un crater árido que se conoce hoy como el Mar Perdido. Los cambios climáticos recorrieron el mundo mientras este se desangraba, perdiendo energía pura por heridas invisibles. Muchos seres vivos se vieron alterados convirtiéndose en abominaciones y mutantes.

Da igual la causa. Da igual el motivo. El mundo tal y como era había sido destruído. Los seres sentientes que habían sobrevivido al cataclismo se enfrentaban a las consecuencias de la desaparición de la civilización. Comenzaba la edad oscura de Talislanta.

Tiempo de Caos (TC)

Cuando el Gran Desastre devastó el mundo, provocando la caída del Imperio Archæno y la extinción de la luz del conocimiento mágico, las gentes de Talislanta descendieron a la barbarie y formaron sociedades primitivas y salvajes. Fue una era de ignorancia, violencia y superstición. Los restos de las tribus de sub-humanos combatían entre ellas por la comida, por el territorio, o por puro y simple odio. Los neomorphos y archænos que sobrevivieron a la destrucción del Imperio eran objetivo frecuente de las razias sub-humanas.

Tras un espacio de tiempo desconocido, pero repleto de sangre y violencia, un lider guerrero se alzó entre las filas de los sub-humanos, autodenominado Tirshata. Cómo este misterioso guerrero consiguió unir a las distintas tribus de sub-humanos es desconocido, pero bajo su estandarte los sub-humanos se unieron y atacaron a los restos del Imperio Archæno por toda Talislanta, hasta que arrinconaron a los últimos archænos en la región conocida hoy como Antrobosque. En esta era de confusión y masacre, sin Ciudades Celestiales ni aeronavíos volando sobre la cabeza, los sub-humanos habían conquistado por fin toda Talislanta. Pero su gloria duraría poco. Cuando el Tirshata (que según la fuente que se consulte puede ser varón o hembra) se desvaneció sin dejar rastro, los sub-humanos se dispersaron una vez más y volvieron a combatir unos contra otros.

 En los profundos bosques del lejano oeste, una tribu de nómadas que descendían del linaje de Phandril se encotraron con los restos de un aeronavío estrellado. Dentro del putrefacto casco del pecio encontraron numerosos tesoros de la Ciudad Celestial de Pompados. Uno de ellos era el mismísimo Codex Archæno.

Al igual que los primitivos archænos se encontraron con el pecio alienígena y extrajeron los secretos de la magia de sus huesos, estos bárbaros recuperaron el conocimiento mágico del pecio archæno e iniciaron el ciclo de nuevo. Los antiguos archænos habían construído Arcanópolis para guardar sus mayores secretos, y sus acciones iniciaron la primera era de civilización de la historia. Con el tiempo, estos nuevos primitivos harían lo mismo, fundando el Imperio Phædrano y dando a luz a una nueva era de conocimiento e ilustración. La historia había completado un círculo completo, y la Era del Caos lentamente daba paso a una Primera Nueva Era, también llamada Era Phædrana.