Las armas y armaduras sobre dimensionadas de los guerreros drakken son de poca utilidad a los humanoides, y la incapacidad de los drakken para la magia significa que sus reliquias son de poco valor para los arcanólogos. Sin embargo estas reliquias retienen algo de interés como curiosidades, y pueden llegar a alcanzar los mil lúmenes de oro dependiendo de la condición en que se encuentren. Las enormes monedas de plata batida de más de quince centímetros de diámetro pueden alcanzar un valor de cien lúmenes de oro para algunos coleccionistas, especialmente si están en el suficiente buen estado como para que no se haya dañado el cuño de dragón alado que las monedas lucen en ambas caras. Aunque los titánicos monolitos cubiertos de glifos que antaño se alzaban como torres hoy en día estén derruidos y desmoronados a lo largo y ancho de los Yermos Kharakhan, los fragmentos que aún conservan las extrañas muescas de la escritura drakken son valiosos para muchos estudiosos, siempre y cuando el descubridor sea capaz de trasladar la pieza hasta el comprador, por supuesto. Por último, también se han hallado numerosas “medallas de guerra”, estrellas de siete puntas talladas en gemas ígneas de 100 quilates que parecen haber formado parte de pesados toisones que los gigantescos drakken lucían en sus cuellos. Estas medallas están tasadas según el peso en quilates de la propia gema ígnea.
Los Drakken fueron una raza de gigantescos reptiles humanoides que mantuvieron un gran conflicto contra los Unknowns durante la Era Primordial. Tras ser derrotados sus últimos miembros abandonaron Talislanta, pero se supone que ciertas razas reptilianas, como los Saurud, los Sauranos y los Gigante Kharakhan son sus descendientes. Sus titánicas ruinas pueden encontrarse por todo el centro y el este de Talislanta, en particular en la zona conocida como los Yermos Kharakhan, donde estas criaturas tenían una de sus más importantes fortalezas.