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Reino del Bosque

Región de Rhovanion

El reino del Rey Elfo cubre toda la región del Bosque Negro desde el lindero noreste hasta el río del Bosque. Su zona septentrional es una tierra silenciosa de colinas boscosas y valles tranquilos que no visita alma humana, ni siquiera los elfos, que sólo viajan allí cuando buscan soledad o desean escuchar las conversaciones nocturnas de los árboles. Esta tierra es el tradicional coto de caza del Rey Elfo, pero hace cientos de años que sus cuernos de caza no levantan ecos en el bosque, pues el rey suele cazar más cerca de sus estancias, lo que no quiere decir que cualquier persona que abata a un venado en esa zona no sea considerado un furtivo por los elfos.

Hacia el sur la tierra desciende hacia una gran hondonada que los elfos llaman la Enramada. Al atardecer, en sus claros, los elfos del bosque bailan y cantan poemas de los Días Antiguos a la luz de las primeras estrellas. Los árboles de la región son robles, hayas y serbales, todos ellos muy queridos por los elfos. La Enramada está muy bien protegida y en toda la Tercera Edad ningún intruso ha conseguido traspasar sus fronteras; muy pocos mortales han conseguido visitar los prados de la Enramada o han asistido a sus fiestas bajo la luz de lámparas élficas bellamente fabricadas.

La frontera oriental de la región, junto a las tierras de Valle, es una zona llena de olmos y mostajos, aunque también es posible encontrar árboles frutales y tejos, que suministran madera a los arqueros élficos. Durante la Paz Vigilante, los elfos fortificaron esta tierra.

En muy raras ocasiones los Elfos del Bosque Negro construyen torres o murallas, ya que confían más sus defensas a las copas de los árboles y a las cavernas subterráneas: ocultas en las frondosas copas de los árboles hay plataformas de madera en las que se almacenan flechas, armaduras y armas élficas, además de puestos de vigilancia astutamente ocultos. También hay nidos y aguileras, pues los elfos del bosque son grandes amigos de las aves, y las usan como mensajeras y espías.

Al sur de la Enramada, el Río del Bosque fluye oscuro y rápido entre los árboles, alimentado por las aguas que bajan desde las Montañas del Bosque Negro y de las colinas, por lo que su caudal va aumentando conforme atraviesa las tierras del Reino del Bosque. Sus orillas están llenas de mimbreras y sauces, cuyas largas ramas arrastran por el agua. Los elfos del bosque pueden navegar sobre estas peligrosas aguas utilizando pequeños botes, pero deben esquivar rocas ocultas y enredaderas mientras reman río arriba. En alguna ocasión las arañas también han conseguido cruzar el río, y han tejido telarañas sobre la corriente para atrapar a algún elfo desprevenido.

Al sureste del Reino del Bosque la tierra vuelve a alzarse de nuevo en forma de oscuras colinas. Allí se encuentran las Estancias del Rey Elfo, una serie de cavernas creadas por las aguas del río en los Días Antiguos. El ramal principal del Río del Bosque atraviesa un valle de precipicios verticales, pero hay otros canales y afluentes más pequeños que pueden dificultar el viaje. La frontera oriental de esas colinas descienden hasta llegar a las Ciénagas Largas, aunque los árboles del Bosque Negro continúan durante muchos kilómetros, sobre alisos que crecen bien sobre la tierra húmeda, aunque la frontera del Reino del Bosque está marcada por un enorme y solitario roble que crece en la última colina del reino.