Hîrmoth fue el señor de Cor Angálaladh por designio de Thranduil, cuando las fronteras de los Elfos del Bosque Negro llegaban casi al Bosque Negro Meridional.

Cuando la Sombra se hizo fuerte en la región, organizó las defensas de la zona, pero finalmente las fuerzas del Enemigo arrasaron la fortaleza. Hîrmoth fue torturado y humillado durante horas ante las vistas de su propia gente. Su amada, Elwen, afligida por ver así a su esposo, pidió ayuda a Haldiloth, el mejor arquero que tenían entre sus fuerzas, pero el disparo del elfo fue tan desafortunado que terminó matando a su señor.

El propio Señor Oscuro maldijo el lugar, impidiendo que el espíritu del noble Hîrmoth regresase a las Estancias de Mandos, y el alma de su amada Elwen se convirtió en un espectro cruel, condenado a vagar por las ruinas de Cor Angálaladh hasta que el espíritu de Hîrmoth pudiese descansar en paz.