Thranduil gobierna sobre un pueblo amenazado. Sus súbditos se divierten bailando y celebrando fiestas en el bosque, olvidándose de la Sombra que pende sobre ellos, pero el rey no puede permitirse olvidarlo. Conoce de primera mano el sufrimiento y la congoja que inflige el Enemigo, pues estuvo en la guerra junto a Gil-Galad y a su padre, y contempló la muerte de muchos elfos y hombres en la batalla. Gobierna sobre uno de los pocos reinos élficos que quedan en la Tierra Media, junto al reino occidental de Lindon y los refugios secretos de Imladris y Unknown, y Thranduil no está dispuesto a que su reino caiga.

Es un rey severo y autoritario, implacable con sus enemigos pero amable, sabio, y paternal con su gente. Prefiere confiar en la fuerza de los Elfos del Bosque Negro antes que aliarse con extranjeros. Tiene una importante debilidad, que es su orgullo: no tolera insolencia alguna, y no soporta que su reino sea despreciado. Thranduil es consciente de que el Reino del Bosque no es más que una sombra fugaz, si se le compara con los reinos élficos de antaño, pero no está dispuesto a que se sugiera en su presencia que quizás no sea tan grande o tan maravilloso como los reinos de la Primera Edad. Es aficionado al oro, a las gemas, y a los objetos maravillosos, que utiliza para decorar sus estancia y sus bosques.

Es un general valiente y fuerte. Si fuese herido o cayera muerto, el Reino del Bosque quedaría muy debilitado, pues es la magia del Rey Elfo la que mantiene sus caminos despejados, y la Sombra a raya.

Es posible encontrarse con Thranduil en sus Estancias del Rey Elfo o celebrando alguna fiesta o cacería en los bosques. Si se le trata con cortesía, y se le muestra el respeto debido a un rey, él tratará al visitante de manera similar. Si un visitante quebranta su ley (aunque no lo haga de manera consciente), desprecia a su corte, o desafía su autoridad, entonces, bueno, digamos que Thranduil tiene a su disposición muchas celdas en sus mazmorras. El Reino del Bosque es su reino y aquí es el amo. Cualquier visitante, incluso un señor de los elfos del oeste, debe reconocer su estatus como rey dentro del Bosque Negro.

Thranduil escucha a todo aquel que tenga que hacerle alguna petición, tanto en su corte como en las fiestas que celebra, pero dichas peticiones hay que hacérselas llegar por los canales adecuados. Uno no llega simplemente y le da la lata al Rey Elfo con alguna demanda insignificante: hay que concertar previamente una cita, ofrecer un regalo apropiado, y seguir el protocolo adecuado para presentar la petición. De todas formas, Thranduil siente animadversión hacia los enanos, y considera que la mayor parte de los hombres son unos intrusos avariciosos y codiciosos, y de entre ellos sólo respeta a los que han demostrado ser unos valientes enemigos de la Sombra.

El objetivo principal de Thranduil es proteger su pueblo y su reino. Teme que algún agente de la Sombra le tienda una trampa, así que es muy cauteloso y, en ocasiones, tarda bastante tiempo en actuar, pero en cuanto ha tomado su decisión, actúa con gran rapidez.