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El culto al Principio Rector, como los mida hacen referencia a El Peregrino, se encuentra muy presente en la prefectura de Kiro, pues se le considera el patrón de la tecnología del xion. Una gran parte de los arcanomantes y magos de la ciudad lo tienen por un receptáculo de sabiduría y conocimiento mágico que tiene mucho que enseñar a su pueblo y que puede impulsar la expansión de los mida por Voldor. Sin embargo, esta adoración no está libre de polémica, pues algunos la consideran una sumisión a sus antiguos esclavistas y desean romper completamente con su legado. En este extremo se sitúan los miembros de la Cábala de la Armonía Celeste, que reniegan de los dioses y en especial de los Peregrinos. Aun así, la Iglesia del Principio Rector es un movimiento con miles de fieles en el imperio y sus altos cargos poseen una enorme influencia en la corte del emperador.

Muchos mida de alineamiento bueno adoran a Ahuraz, al que en ocasiones llaman Avor, y en honor al cual organizan numerosos festivales en fechas astrológicas señaladas para pedir su bendición. Estos fieles cuidan de sus ciudades con esmero y realizan una labor de diplomacia y acercamiento con otras ciudades y reinos, y sus paladines empuñan la luz solar para combatir a los enemigos del imperio. Este poder es especialmente útil a la hora de enfrentarse a morlocks y otras criaturas de Vajra, donde los soldados de Ahuraz tienen un papel destacado a la hora de mantener las zonas mida de Vajra bajo control.

El culto cívico en las ciudades, especialmente en Kiro, se realiza alrededor de la diosa Arastu, con muchas similitudes con la adoración a las ciudades que practican los fórmigos. Sus orgullosos cultores consideran que la civilización y el imperio son regalos divinos que los elevan sobre el resto de razas y que los diferencia de aquellos pueblos bárbaros con los que tienen que luchar en muchas ocasiones. Para ellos, Arastu es el espíritu de los mida, su esencia vital, y un tesoro que deben entregar al resto de pueblos para invitarles a alcanzar la felicidad suprema.

Por último, aunque no está demasiado extendido, el culto a la Madre Abundante tiene lugar entre los mida druidas y los habitantes más rurales, a diferencia de sus conciudadanos urbanitas. Granjeros y ganaderos de toda la prefectura mantienen humildes capillas a la diosa de la naturaleza, donde entregan ofrendas y se reúnen a pedir cosechas generosas y rebaños sanos. También desempeña el papel de patrona de los mares, a la que los escasos marineros mida piden bendiciones antes de zarpar.