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Fundada en la ciudad de Sarmapalin cerca del año 4300 por un grupo de nobles devotos de Erekar, el objetivo inicial de esta cofradía religiosa era fomentar el interés por el descubrimiento entre la corte del reino de Vadania. Tras ganarse el favor de algunos monarcas durante los siguientes siglos, en los que incluso algunos de los miembros de esta cofradía llegaron a ejercer como consejeros reales, la orden se expandió al mismo ritmo que el propio reino y todas las ciudades importantes desearon tener una sede. En la actualidad hay sedes de la cofradía por toda Vadania e incluso en otras ciudades, como Nechizar o Vindusan, donde tienen desde pequeños templos con escasos miembros hasta enormes delegaciones con gran influencia, como en Tabalard o en la propia Sarmapalin. Su relación con los gobiernos también ha evolucionado con el tiempo. Muchos ven en la cofradía una poderosa herramienta para explorar las regiones más ignotas de su territorio y obtener conocimientos y tecnología antigua que podría llegar a utilizarse con fines militares de ser necesario. Sin embargo, no son pocos aquellos que ven con envidia o miedo a la cofradía. Exigen que pongan sus conocimientos a disposición del gran público, temiendo el uso egoísta que puedan hacer de él en el futuro. También algunos cultos religiosos de otras deidades, como Dekaeler o Eurana, consideran la investigación sobre la tecnología de los Peregrinos una herejía que debe cesar inmediatamente.

Tal y como reza su credo, el objetivo de la orden es descubrir, preservar y registrar todo el conocimiento existente para mayor gloria de Erekar. Lo que diferencia a esta cofradía de otros cultos al dios del descubrimiento es su visión práctica: gestionan sus hallazgos de manera colaborativa y organizada, con un funcionamiento interno similar al de una gran compañía comercial. Los altos cargos son conscientes de que no desentrañarán todos los secretos en un laboratorio o en libros antiguos y tratan constantemente de organizar expediciones en busca de nuevos conocimientos perdidos. También realizan un esfuerzo por mantener buenas relaciones con los gobiernos de las ciudades donde se establecen para garantizarse una posición favorable y un sustento económico para sus expediciones.

Pese a ser una orden fundamentalmente religiosa, su brazo se extiende más allá de clérigos y paladines hasta cualquier devoto de Erekar. En sus extensos y bien equipados laboratorios, magos y hechiceros tratan de resolver todo tipo de misterios arcanos, sobre todo aquellos centrados en el xion y los Peregrinos. Pícaros y exploradores trabajan en las expediciones organizadas por la cofradía explorando antiguas ruinas en busca de conocimiento olvidado. Incluso es posible encontrar entre sus filas a bardos cuyas narraciones albergan tanta historia como el más antiguo de los tomos de una biblioteca. Los clérigos suelen constituir los altos cargos de la orden dada su capacidad para expresar la voluntad de la deidad, mientras que el honor intachable de los paladines los hace responsables de proteger los tesoros más importantes y de la seguridad del resto de miembros. Pese a sus raíces humanas, todas las razas son bienvenidas siempre y cuando profesen una fe en Erekar indudable. En el año 4513, la duquesa Masryn de Azur concedió a la cofradía permiso para asentarse en la ciudad y realizar actividades por todo el ducado, gracias a la intermediación de la corona Vadania. Desde su fortaleza en Azur, los miembros de la cofradía recorren toda la región buscando el conocimiento perdido en épocas anteriores, organizando expediciones a lugares remotos en busca de las ruinas enterradas por el litoral.

Objetivos

Tal y como reza su credo, el objetivo de la orden es descubrir, preservar y registrar todo el conocimiento existente para mayor gloria de Erekar. Lo que diferencia a esta cofradía de otros cultos al dios del descubrimiento es su visión práctica del mismo, gestionando sus hallazgos de manera colaborativa y organizada, con un funcionamiento interno similar al de una gran compañía comercial. Los altos cargos de la cofradía son plenamente conscientes de que no encontrarán todos los secretos en un laboratorio o en libros antiguos y tratan constantemente de organizar expediciones en busca de nuevos conocimientos perdidos. También realizan un esfuerzo por mantener unas buenas relaciones con los gobiernos de las ciudades donde se establecen, especialmente en el reino de Vadania, para que esto que les garantice una posición favorable y un sustento económico para sus expediciones.

Miembros

Pese a ser una orden fundamentalmente religiosa, su pertenencia no se encuentra limitada a clérigos y paladines, sino que cualquier devoto de Erekar puede encontrar su función dentro de la organización. En sus extensos y bien equipados laboratorios, magos y hechiceros tratan de desentrañar todo tipo de misterios arcanos, sobre todo aquellos centrados en el Xion y los Peregrinos. Pícaros y exploradores trabajan en las expediciones organizadas por la cofradía explorando antiguas ruinas en busca de conocimiento olvidado. Incluso es posible encontrar entre sus filas a muchos bardos cuyas narraciones albergan tanta historia como el más antiguo de los tomos de una biblioteca. Los clérigos suelen constituir los altos cargos de la orden, dada su capacidad para expresar la voluntad de la deidad, mientras que el honor intachable de los paladines les hace responsables de proteger los tesoros más importantes, así como de la seguridad del resto de miembros de la cofradía. Pese a su origen claramente humano, todas las razas son bienvenidas siempre y cuando su fe en Erekar resulte indudable.