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Un enclave feérico, o una arboleda druídica, es un lugar de gran poder custodiado por druidas u otros protectores de la naturaleza y poblado por seres sobrenaturales de origen feérico, como unicornios, hombres árbol, dríades u otros. Desde estos enclaves, se protege la región de los males que pueden afectar a la naturaleza y el poder del enclave.

El lugar está dirigido por un grupo de defensores y los aventureros han accedido voluntariamente a defender la naturaleza que alberga ese lugar. Al igual que los campeones del reino, los defensores del enclave feérico necesitan pruebas de la voluntad de los aventureros y tan solo después de lograrla podrán considerarse miembros o defensores del mismo. También podrían ser rechazados si sus acciones perjudican al enclave o enfadan a sus habitantes.

Las sedes de los enclaves feéricos suelen ser extrañas. Aunque pueden tener estructuras de edificios civilizados, a menudo están construidos bajo el suelo, con el hueco de un enorme roble como entrada, o estar integrados en el interior de hongos gigantes, estar construidos de hielo, encima de las ramas de los árboles, bajo el agua y otros lugares más extraños todavía. El espacio disponible y sus comodidades serán las mismas a efectos de juego, pero su forma debería ser más exótica.

En ocasiones estos lugares albergan a poderosos líderes que podrían ser seres sobrenaturales de enorme poder que pueden ejercer como aliados, líderes o señores de los aventureros.

Rasgo: Enclave feérico
Los miembros de un enclave feérico se pueden curar de todo daño bebiendo de las aguas de un arroyo o comiendo el fruto de un árbol concreto a través de la magia del lugar. A discreción del director de juego, esta curación sana tanto puntos de golpe como venenos o enfermedades, devuelve cordura, características reducidas o cualquier otro mal que puedan sufrir sus defensores. La forma de curación no puede salir del enclave o esta pierde el poder, y en ocasiones podría requerir de misiones concretas para conseguirse. Sus miembros pueden también enviar mensajes a sus compañeros de aventuras o al enclave mediante animales sin necesidad de ser druidas o exploradores. También es posible que exista en su interior un portal o círculo de teletransporte que permita a los aventureros volver rápidamente a él en caso de necesidad.