1. Journals

Capitulo 15: Gambito de damas

Sesión Online

Atrápame si puedes


Cuando Fen salió de la choza, Arannis salió inmediatamente detrás de él. Mirando hacia ambos lados de la calle, logró ver a un par de metros al semielfo poniéndose una capucha y alejándose entre la multitud. La exploradora comenzó a seguirlo por las calles de Baldur's Gate mientras el bardo intentaba perderla. Esquivando personas que rondaban las calles, mercaderes, niños pidiendo monedas por las estrechas calles, Fen comenzó a alejarse cada vez más hasta que en un momento Arannis le perdió completamente el rastro. Aunque intentó seguirle la pista, el bardo tenia demasiada experiencia en escabullirse entre la multitud, incluso podría haber cambiado de apariencia sin que la semielfa lo hubiera notado. Resignada, volvió a la choza de Trent a buscar al resto.

Al llegar el enano se sorprendió al verla regresar sola. Cuando Arannis le preguntó donde se encontraban los demás, este le indicó que habían ido hacia los muelles para hablar con Fenwick hacia ya unos minutos. La semielfa le agradeció por la información y partió rápidamente a buscar al resto. Casi cerca de una hora después de buscar al grupo por los muelles sin éxito, Arannis decidió regresar a Espadas y Estrellas para averiguar si se encontraban allí. Pero al llegar solo encuentra a Mark que también se sorprende al verla y le cuenta que Gwyreth se había acercado hacia al menos una hora para entregarle todo su dinero y decirle que iban a zarpar en un barco. Arannis le pide a Mark que se quede con el dinero suficiente para poder regresar a Greenest con los aprendices mientras ella se queda en Baldur´s Gate a esperar al resto. El guerrero toma lo que cree necesario para regresar y le desea suerte a la exploradora. Tras esto regresa a buscar a los aprendices para poder regresar a su pueblo. 

El puente


Casi dos días de viaje fue lo que necesitaron para poder llegar hasta el puente. Una vez anclaron en la zona, el capitán de la guardia les indicó que formen filas y se dividan en varios grupos ya que bajarían a inspeccionar la zona donde había ocurrido una batalla unos días atrás. Luego de inspeccionar la zona retomaran su camino en una caravana de carruajes que estará lista en unas ocho horas, cuando los encargados del equipaje terminen de transportarlo. Además les indica que presten atención ya que esperan la llegada de un pasajero al parecer importante del que solo les comenta que es humano y que llevará una túnica roja como vestimenta. Tras las indicaciones, el capitán les ordena que rompan filas y avancen a sus posiciones. Por lo que pueden llegar a notar, la batalla en el puente resultó feroz y no terminó bien para las fuerzas de Waterdeep. Lo más llamativo es que no haya ningún cuerpo, por lo que deducen que quizás los hayan quemado, o hayan tomado prisioneros en lugar de asesinarlos. Sea cual fuere la situación, no era buena.

Cuando el grupo estaba volviendo a la caravana para retomar el viaje, lograron ver a la persona de la que hablaba el capitán. Una figura vestida con una túnica roja se acercó a hablar con el carruaje principal. Al poco tiempo la dama de los dragones que habían visto en Greenest salió a recibirlo y luego de un saludo cordial lo invitó ingresar a la caravana. Aunque intentaron identificar a la criatura ninguno llegó a ver su rostro con claridad. Sin más preámbulos subieron a sus respectivos aposentos para continuar su viaje hacia Boldram pensando en cual podría haber sido el destino de Naco y sus compañeros.

Greenest


Arannis buscó y esperó por un día entero por alguna señal o pista del resto de sus compañero, pero al ver que estos no mostraban ningún tipo de señal, decidió regresar a Greenest para buscar a Mark. Varios días le tomó llegar desde Baldur´s Gate hasta el pueblito en el que había sido atacada por un dragón casi un mes y medio atrás que pareció una eternidad. Al llegar, ese sentimiento se volvió aún mayor al ver que el pueblo había cambiado de tal manera que por un momento pensó que se había equivocado de ruta. Se acercó a uno de los guardias y preguntó por Mark, pero el soldado pareció no conocer a nadie con ese nombre. Arannis comprendió que algo mal estaba pasando y consiguió engañar al guardia diciéndole que había viajado muchos días buscando a un amigo que le había dicho que estaría en Greenest. La actuación de Arannis convence al guardia que la deja entrar y la exploradora se dirige hacia la residencia que les había entregado Nighthill.

Allí decide tomarse unos minutos para recomponer fuerzas y pensar en su siguiente paso. En eso estaba cuando comenzó a escuchar pasos provenientes de las escaleras. Inmediatamente Arannis tomó su arco y apuntó directamente hacia donde provenía el sonido pero bajo el arma al instante al ver quien era la persona que estaba bajando: Mark. El guerrero estaba cojeando, terriblemente golpeado y lleno de heridas. Arannis lo ayudó a sentarse y escuchó atentamente como le contaba que la guardia había colgado a todos los aprendices y lo habían torturado por días hasta que logró escapar y refugiarse en la casa abandonada de la corrupción del nuevo gobernador. Ambos decidieron que lo mejor seria ir a pie hasta Bastow y tomar un carruaje a Waterdeep. Esperando a la oscuridad de la noche y aprovechando que Mark estaba más recuperado ambos escaparon de Greenest de camino hacia el norte.

Legado


La caravana siguió su camino a gran velocidad aunque les llamó la atención que se detenía en algunas zonas para levantar a personas que no parecían tener nada que ver con el Culto del Dragón, por lo menos a simple vista. Gareth aprovechó una noche en la que Dagmar salió para hacer sus necesidades para poder hablar con Vondal y Gwyreth a solas. El paladín le habló a ambos, en el especial al clérigo sobre la posibilidad de no poder limpiar su reputación en Freyshield y que de ser el caso, no podrían cumplir con su misión siendo perseguidos y fugitivos de la ley, además de que los años no vienen solos y Gareth siendo un humano no tiene muchos años por delante. Por lo que el paladín sugirió la idea de buscar una suerte de sucesores, criaturas que tengan comunicación con Pelor, ya que el grupo no podría proseguir sin alguien que haga de intermediario.

Vondal en principio no estuvo de acuerdo ya que él indico que quiere pelear hasta el final, pero prometió pensar sobre las palabras de Gareth. El paladín además le entregó las botas de zancadas que había conseguido en el Torreón Blanco. Al ver que Dagmar regresaba, los tres se hicieron los dormidos para no levantar sospechas. Vondal aprovecho la ocasión para meditar y preguntarle a Pelor que debería hacer con respecto a la idea de Gareth. Mientras meditaba, el clérigo llegó a verse en un pequeño bote que navegaba por el océano, mientras Pelor le decía que no solo el cumplimiento de la profecía amenazaba con destruir a la civilización como es conocida, sino que varios frentes están en conflicto a lo largo y ancho de todos los reinos y que debería cuidarse la espalda más que nunca. Mientras Pelor terminaba de decir estas palabras, Vondal llegó a vislumbrar una pequeña isla a lo lejos y despertó de su meditación para darse cuenta de que ya había salido el sol.

Enroque


Los tres, junto a Renatus y Dagmar comenzaron a prepararse para un nuevo día de labor cuando de pronto Vondal vio algo que le llamó la atención. La persona con túnica roja que habían visto antes se acercó a la dama de los dragones y a una criatura grande y con capucha que el clérigo logró reconocer por sus facciones poco visibles pero claramente de semidragón. Una vez que terminaron de hablar, los tres se separaron y tras unos segundos la caravana cambió su rumbo y retomó la dirección por una ruta que solo podía llevar a una ciudad: Waterdeep.

Completamente desorientados comenzaron a preguntarse porque habían cambiado de rumbo tan precipitadamente, pero aunque intentaron averiguar que estaba pasando solo pudieron seguir la corriente y esperar a ver donde terminaba esto. Tras unos días de viaje, la caravana arribó hacia la ciudad que había visto crecer a Vondal y Gareth que estaban completamente invadidos de sentimientos encontrados entre nostalgia, tristeza, incertidumbre y furia. Impotentes, vieron como la caravana se dirigía hacia el distrito marítimo y frenaba en un lugar que reconocieron al instante, la mansión Cassalanter. Casi atónitos vieron como Amelia Cassalanter salía a recibir a la caravana, como saludaba a la dama de los dragones, a Atthick y a la persona de túnica roja, como los trabajadores hacían un intercambio de oro por algo que no sabían muy bien de que se trataba y finalmente como se despedían.

Et tu Brute


El capitán de la guardia les entregó un certificado para que vayan a Baldur's Gate a retirar su paga y les agradeció por sus servicios. Una vez que todos bajaron de la caravana esta retomo su rumbo hacia el norte. Vondal estaba decidido a entrar a la mansión y enfrentar a quien estuviera dentro, pero Gareth y Gwyreth lo hicieron entrar en razón. Dagmar los interrumpió preguntando que era todo esto e indicando que deberían dar explicaciones en Freyshield. Vondal le pidió que le entregara sus notas y ante la negativa del escriba, el enano le propino una piña y se las quitó. Al leerlas pudo afirmar lo que sospechaba, todo lo que había anotado los incriminaba mucho más que antes: las ciudades completamente inalteradas, la ruta de la que habían hablado inalterada, ningún tipo de evidencia de dragones y además el supuesto "escape" de dos compañeros. Dagmar se recompuso y le dijo a Vondal que había cometido un acto del que se arrepentiría toda su vida. El enano le indico que era algo que se le estaba haciendo costumbre y le entrego su anotador.

El escriba le indico a Renatus que deberían partir ya mismo hacia Freyshield antes de perder más tiempo con los desvaríos de Vondal. El consejero asintió y Dagmar comenzó a caminar tocándose la parte donde el enano lo había golpeado. De repente, Renatus sacó una daga de su túnica y en un rápido movimiento le cortó el cuello al escriba que cayó con los ojos abiertos arrodillado al suelo y tras unos segundos de intentar hablar sin emitir sonido, cayó al suelo muerto. Renatus, cayó de rodillas ante la realización de lo que acababa de hacer, mientras Gwyreth lo ayudaba a recomponerse y Vondal y Gareth escondían el cadáver de Dagmar entre unos arbustos. Antes de que alguien se acercara, el grupo decidió ir a la habitación secreta del Templo de Pelor para poder pensar su siguiente paso. 

Reagrupando


Una vez dentro del templo, el grupo se está dirigiendo a la habitación secreta mientras discuten que estado podría darles asilo ahora que eran más fugitivos que antes cuando de pronto comienzan a escuchar pasos dentro del templo. Gwyreth apunta su bastón listo para lanzar un estallido arcano cuando de pronto una voz familiar le pide que no ataque. Arannis aparece por una esquina, seguida por Mark que aunque sigue malherido se encuentra en mejores condiciones. Gwyreth baja la guardia y el grupo se pone al día. Mark les comenta sobre las torturas que sufrió y el destino de los aprendices, y Arannis les indica que perdió a Fen y no volvió a saber nada de él. Cuando llegan a la parte del relato donde pasaron por el puente, Gareth sugiere que deberian ir hacia el Castillo Blackstaff a preguntar por Naco.

Gwyreth se ofrece a acompañarlo y ambos se encapuchan y se dirigen hacia el norte de la ciudad. Al llegar al castillo preguntan por Naco y luego de unos minutos un enano se acerca. Se presenta como Deib Baro y les cuenta que estuvo en el ataque en el puente. Les informa que Naco sobrevivió al ataque, pero recibió demasiado daño y ahora se encuentra en una especie de coma. Gareth le indica a Deib que el conoce a alguien que quizás podría ayudarlo a volver en sí. El enano se ofrece a llevar a Naco hacia el templo y les pide que lo encuentren allí. Unas horas más tarde, Deib llega con Naco en una camilla transportable. Vondal intenta hacer que el joven despierte pero no lo logra, sin embargo siente que el alma de Naco no corre peligro y solo necesita descansar para poder recuperarse, por lo que deciden dejarlo nuevamente en el Castillo Blackstaff para que se recomponga. En el camino, el enano les hace preguntas sobre la profecía, ya que Naco le habló y le contó todo lo que sabia. Una vez que regresan a Naco al Castillo, Deib se muestra interesado en acompañar al grupo, y estos lo invitan a volver al templo para tomar una decisión.

Una vez allí, el grupo decide que deberían seguir el rastro del Culto del Dragón hacia Boldram ya que probablemente allí se dirigía la caravana. Renatus les indica que él regresará al Reino de Ruihan para poder calmar las aguas antes de que se desate un conflicto político por lo que acaba de ocurrir. El grupo le agradece todo lo que hizo por ellos y le indica que se unirán a él en cuanto consigan detener al Culto. Tras despedirse, Renatus se aleja en la oscuridad. Deib les cuenta su historia, y como su pueblo que se encontraba en la base de la Muralla Negra fue arrasado hace años hasta casi desaparecer. El enano se autodenomina como un sobreviviente que solo busca aventurarse mientras ayuda al resto. El grupo le indica que necesitaran toda la ayuda posible y que es bienvenido a sumarse. Con un conflicto político en puerta y un largo viaje por recorrer necesitaran toda la ayuda que les sea posible para detener el cumplimiento de la profecia antes de que sea demasiado tarde.

Reunión inesperada


Recordando las tres carretas que habían quedado en el establo de Baldur's Gate, el grupo decide comprar las raciones suficientes para los subsiguientes días de viaje y dirigirse a la ciudad mercante para luego retomar hacia Boldram. Calculando que tendrían poco menos de un mes de viaje, decidieron comprar unas treinta raciones cada uno y partir hacia el norte. El viaje fue relativamente tranquilo, y luego de que Gareth pagara lo correspondiente al alquiler del establo, el grupo tomó las carretas y siguió su camino hacia la capital de Marionland.

Al llegar, se encontraron con una ciudad completamente transitada y viva por donde se la viera. Si bien era un poco mas pequeña que Waterdeep, tenia muchos mas espacios abiertos, lo que daba la sensación de ser mucho mas grande de lo que era. El grupo comenzó a recorrer la ciudad en busca de alguna pista o indició del Culto del Dragón. Se encontraban transitando y admirando la vista cuando de pronto escucharon una voz familiar que les pregunto si lo habían extrañado. Al darse vuelta, nadie profirió sonido alguno a causa de la sorpresa hasta que un insulto de Gareth rompió el silencio: ante sus ojos se encontraba la figura de Vilaris Gilrel.