Funeral


Al llegar al templo, Vondal y Gareth se dirigen al mausoleo para realizar un sepelio privado en honor a Findolin. Sin mencionar ninguna palabra, Gwyreth, Arannis y Fen fueron directo a sus habitaciones. Tras decir unas palabras despidiendo a su amigo, Vondal le preguntó a Gareth por qué había elegido a Gwyreth. El paladín le indico que si bien pueden traer a Findolin a la vida nuevamente, si no fuera el caso, el sabría que su amigo se encuentra en un lugar mejor. Sin embargo, no podría decir lo mismo si el que hubiera muerto fuese el semielfo, el destino de su alma es incierto y pasar una eternidad en el infierno o incluso transformarse en una bestia como la que vieron en ese ático seria un destino incluso peor que la muerte. Luego de un silencio, Vondal le dice a Gareth que no había pensado en el alma de Gwyreth en ese momento y que ahora entiende la decisión que tomó.

Luego de estar unos minutos pensando en silencio, ambos se retiran para tomar un descanso. Cuando están por ingresar al templo, ven una figura a lo lejos llegar completamente exhausto. Thrud se acerca portando su hacha cubierta de sangre. "Me llevé a todos los guardias que pude. Creo que Findolin estaría orgulloso". Vondal le indica que seguro lo está ademas de pedirle que tome una ducha y un descanso bien merecido luego de su gran trabajo. Los tres se adentran en el templo y se disponen a descansar.

Nuevos aires


Al día siguiente Vondal encuentra a Gareth en uno de los asientos del templo con la frente apoyada en su brazo. Ambos indican que no pudieron dormir en toda la noche. Ademas, el clérigo cuenta que escuchó a Gwyreth hablando en un idioma extraño y al acercarse a su puerta el brujo no contestó. Pensando en cual seria el siguiente paso a seguir, Vondal sugiere ir hacia Freyshield donde se encuentra Aldus Hunter un viejo amigo de ambos. Es en ese momento que escuchan el chirrido de la puerta y Arannis ingresa al templo, la exploradora salió a dar un paseo para despejarse. Ella está de acuerdo con el plan de ir hacia la capital. Gareth recuerda que el aprendiz de Aldus, Naco Marosa, se encuentra entrenando en el Castillo Blackstaff, por lo que deciden ir a buscarlo para que los acompañe. El joven les indica que hablara pedirá permiso en el colegio y los verá en el templo a medianoche.

Vondal se dirige a la habitación de Gwyreth para informarle al semielfo sobre el viaje. Luego de insistir unos minutos, el clérigo abre la puerta y se encuentra con el brujo con los ojos blancos y en estado de trance. Vondal lo mueve con cautela y este despierta del trance pero parece haber perdido la noción del tiempo creyendo que solo pasaron diez minutos desde que entró en la habitación. Tras explicarle el plan a Gwyreth y Fen ambos están de acuerdo en que irse de es lo mejor por el momento. Thrud se ofrece a quedarse cuidando el templo por si Vilaris decide volver en algún momento. Como lo había prometido, caída la medianoche Naco llega con su carruaje listo para partir. Tras despedirse del bárbaro, el grupo se sube al carruaje e inicia viaje.

Partida


Luego de unas tres horas de viaje adentrándose en el camino, el grupo decide tomar un descanso y esperar a la luz del sol para poder viajar con mas tranquilidad. Gareth y Naco se ofrecen para hacer guardia mientras el resto duerme. Unas horas mas tarde, el joven despierta al grupo un poco nervioso. Cuando Vondal le pregunta que le pasa descubre la razón: Gareth tomó uno de los caballos y se fue. Aunque Naco informa que el paladín le pidió que les dijera que no iba a hacer nada estúpido, que no lo siguieran y que los vería en Freyshield, el grupo temiendo que este mintiendo y haya ido a buscar venganza contra la familia Cassalanter decide volver a Waterdeep. 

Al volver al templo se encuentran con Thrud en el comedor devorando una pata de osobuho que se sorprende al verlos tan pronto. Este les indica que no vió a Gareth en ningún momento. El grupo se divide por el distrito marítimo pero no logran encontrar ninguna pista. Suponiendo que Gareth no volvió a Waterdeep y que ya perdieron suficiente tiempo deciden seguir su camino hacia Freyshield y confiar en que lo encontraran allí cuando lleguen. 

Los días pasan mientras el grupo viaja por las carreteras de Valiria. Tras unos días de viaje llegan a Bastow donde Vondal le pide a Naco que bordee la ciudad. El joven lo hace sin hacer preguntas. Los días pasan mientras se turnan para llevar las riendas y juegan juegos de cartas para matar el rato. Todo parece indicar que será un viaje bastante tranquilo cuando cumpliéndose una semana desde que comenzaron el viaje en Waterdeep, comienzan a divisar una humareda negra a la distancia. A medida que se van acercando al lugar, llegan a notar el origen del humo, fuego, una ráfaga azul que proviene del cielo está haciendo arder a la ciudad. El grupo en principio cree que el viaje los hizo ver cosas, algunos creen estar soñando porque no pueden creer lo que están viendo pero luego de unos segundos caen en la cuenta que la escena que se presenta ante sus ojos es real: un dragón adulto azul ataca sin piedad.

Ataque


Entran en la ciudad con el carruaje a máximo galope cuando son detenidos por una familia que está intentando escapar de un grupo de kobolds. Naco frena el carruaje y el grupo se abalanza a defender a los padres y sus tres hijos. Luego de acabar con los kobolds, la mujer les indica que deben ir hacia la fortaleza. El grupo comienza a correr hacia allí a excepción de Arannis que corre hacia el carruaje y toma las riendas para arrancar a todo galope. La exploradora coloca el vehículo a la par del grupo para que estos suban. Pero el movimiento llama la atención del dragón que ataca sin pensarlo dos veces. Si bien logran esquivar el primer golpe, el segundo ataque da de lleno en el carruaje que sale volando. 

Saliendo con dificultad del vagón destruido, Vondal intenta levantar a la familia pero es en vano, ninguno soportó el durísimo golpe. El clérigo, Arannis y Naco logran salir del los escombros del carruaje solo para ver al dragón sobrevolando enfrente de ellos. El dragón escupe una llamarada eléctrica que los hace volar por los aires, dejándolos completamente abatidos. Al ver que ninguno es capaz de poder levantarse, el dragón se aleja y sigue destruyendo la ciudad. Fen y Gwyreth que estaban escondidos entre los escombros y vieron toda la escena, esperaron a que el dragón se alejase para poder salir y llevar a sus compañeros a la fortaleza que se encontraba cerca. Con un poco de dificultad, ambos logran ingresar con Arannis y Vondal.

Rescate


El bardo estaba dejando al enano a cargo de unos guardias cuando ve que el dragón se dirige hacia la fortaleza. Viendo hacia afuera ve a Naco intentando levantarse sin éxito a pocos metros de la entrada. Sus ojos se posan sobre el dragón, luego sobre el joven y luego sobre la entrada que está siendo cerrada. Fen sale corriendo ante los gritos de los guardias que le indican que regrese. El bardo hace oídos sordos y corre hacia donde se encuentra el joven guerrero tomándolo por los hombros y arrastrándolo hacia la fortaleza. Una vez que están dentro, los guardias corren rápidamente a cerrar la entrada a la fortaleza. El grupo logra ver la boca del dragón abriéndose para mostrar un haz de luz azul que desaparece cuando las puertas se cierran de par en par frente a sus ojos.