1. Characters

Alba Casneldth

Hechicera/Nigromante Elfa
NPC

Biografía


Hija de Eldrin Casneldth y Galadora Alatohtar , Alba nació en las Tierras Élficas en el año 1215. Su padre, un antiguo profesor del Colegio de Hechiceria de Agnaste y su madre, una reconocida guerrera de la Alianza de los Lores entrenaron a Alba desde temprana edad y la elfa demostró gran competencia tanto en la destreza en combate como en la habilidad para usar magia. Esto desembocó en un resentimiento por parte de su tía, Meladriel Alatohtar que había convencido a Galadora de engendrar hijos con hechiceros para convertirlos en guerreros perfectos. Mientras Alba seguía su deseo, los hijos de Meladriel tenían preferencias completamente distintas. Aunque su madre había dejado de lado las ideas que le había inculcado su hermana, Alba estaba cansada de la constante tensión que generaba su tía y esto terminó de manifestarse cuando Eldrin comenzó a discrepar sobre las maneras de actuar del Colegio de Hechiceria de Agnaste y decidió alejarse comenzando a estudiar y enseñar magia por su cuenta recorriendo los Reinos Ereseos y Alba decidió acompañarlo.

La maldición de su padre


En unos de sus estudios de nigromancia, su padre contrajo una maldición que desconocía. El Gran Antiguo le indicó que era una maldición que probablemente tenia conexión con su sangre draconica y que solo acabaría en el momento de su muerte pero que tendría que ser revivido por un conjuro de Resurrección Verdadera realizado por un nigromante y estos se podían contar con los dedos de la mano en todo el reino y menos uno tan poderoso como para usar ese conjuro. También le indicó que su cuerpo se estaba deteriorando, y aunque su sangre élfica retrasaba el efecto, habría un punto de no retorno. El Gran Antiguo le entregó una daga y le indico que llegado el momento debía ser asesinado con ella.

Mientras se encontraba en la búsqueda del nigromante, Eldrin entrenaba a Alba en estas artes con la esperanza de que algún día ella pueda realizar el conjuro. Los años pasaron sin encontrar a alguien capaz de revivir a Eldrin que continuaba viéndose cada vez peor, su piel cada día mas pálida y sus ojos cada vez mas rojizos. Una noche, este le entregó la daga a Alba y le indicó que su punto de no retorno estaba cerca, por lo que le pidió que lo asesinara. Alba se rehusó completamente hasta que finalmente sabiendo que era lo que tenia que hacer, Alba clavó la daga en el corazón de Eldrin y vio como el cuerpo de su padre retomaba sus colores normales y sus ojos volvían lentamente al azul original pero completamente vacíos. Alba prosiguió con su búsqueda y sus entrenamientos, hasta que tiempo después las noticias de la Batalla de las Cuatro Fuerzas llegaron a sus oídos: una guerra donde varios frentes batallaban contra un ejercito de no-muertos que había sido levantado por un solo nigromante que amenazaba incluso con tomar un estado entero si no podían llegar a detenerlo. Alba supo su siguiente destino: Sormarlon.

La Batalla de las Cuatro Fuerzas


La elfa aprovecho la desesperación de las iglesias por conseguir soldados y se enlistó en la Legión de Paladines de Pelor sin mucho esfuerzo. Durante la guerra ayudó a las fuerzas de Pelor con el objetivo de llegar hasta el nigromante antes que nadie ya que no podía permitir que muera. Finalmente logró su objetivo cuando las fuerzas de Pelor y Pholtus acorralaron al ejercito en el Primer Templo de San Cuthbert. Alba llegó hasta donde se encontraba Acilius arriesgando su vida en el proceso. El nigromante se encontraba casi sin fuerzas y Alba le puso su espada en el cuello y le explico porque se encontraba allí. Acilius le fue sincero, le explico que incluso en su máximo esplendor (algo de lo que en este punto se encontraba lejos) le era muy difícil realizar ese conjuro. Alba entonces se ofreció a ayudarlo si prometía revivir a su padre. Acilius aceptó el trato a cambio de que la elfa cumpla sus ordenes. Alba ayudó a Acilius a escapar del Templo y huir para que pueda retomar fuerzas, mientras las fuerzas de Pelor y Pholtus encendían fuego el Templo y sus alrededores ganando así la Batalla de las Cuatro Fuerzas.

La cruzada al Abismo Susurrante


Pocos años después, Acilius envió a Alba a infiltrarse en la cruzada al Abismo Susurrante que iba a emprender la Legión de Paladines, algo que fue sencillo ya que Alba se encontraba en los registros como combatiente de la Batalla de las Cuatro Fuerzas. El objetivo era encontrar y capturar a Daemon Blake y su aprendiz. Conociendo que Acilius y Blake tenían una larga historia, Alba se decidió a cumplir su misión. Luego de encontrarlos, la elfa se aseguró de vincularse con ambos esperando el momento indicado para capturarlos. Aprovechando la ingenuidad del aprendiz de Daemon, Gareth Sunbringer, la elfa entabló una relación con la esperanza de obtener toda información posible. Aunque Gareth era fácil de engañar, Daemon sospechó de ella desde el primer minuto. El paladín sin embargo en lugar de mostrarse amenazante, comenzó a implantar dudas en Alba que se encontró preguntándose si Acilius verdaderamente reviviría a su padre como había prometido o solo la estaba usando. Fue en ese momento de duda, incertidumbre, culpa y remordimiento por todas las cosas que había hecho que olvidó por completo su misión y aprovechando que Gareth se notaba interesado por ella lo utilizó para sosegar sus sentimientos.

Al descubrir que estaba embarazada, Alba decidió que escaparía en cuanto tocaran tierra y se escondería sin decirle nada a nadie, pero Daemon la engañó metiéndola en un Circulo de la verdad y obligándola a confesar todo. Aunque Alba le pidió que no le cuente nada a Gareth, al poco tiempo este la enfrentó pidiéndole que confiese todo. Luego de que Eomund Lash se sacrificara para que los tripulantes del barco pudieran sobrevivir, Daemon sugirió que el Colegio Agnaste podría albergarla a ella, Gareth y sus hijos y protegerlos de Acilius. La elfa aceptó la propuesta para quedarse con su familia. Días después de asentarse en el Colegio, Gareth le contó a Alba sobre la profecía y que tendría que irse, aunque le juró que terminaría pronto para poder tener una vida en familia. A diferencia de lo que ella misma creía y para su sorpresa, la decisión de Gareth de irse le resultó dura, sin embargo fue años después que se lo confesó al paladín.