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  1. Events

La historia de un artista

Aventura
1922-02-12

. Participantes partida: Thomas Stevenson, Gottfried Friederiksson II, Seth Aaron Donski, Daphne Hidown, Harry McLendon, Jacob Fairley, Sean Mc Callajan, Richard Wallace, Eliot Gates.

 

¿Cuantas cosas pueden ocurrir en apenas una semana? Nuevamente los turbios asuntos que siempre parecían rodear a mi antepasado y a sus compañeros le llevaron a esa extraña tierra que en sus textos llamaba Tierra de los sueños. Pero todo empezó en nuestra querida Arkham que, de estimar que mi pariente no estaba loco, debo considerar que sufrió peligro de una completa destrucción en esas fechas de febrero de 1922. Para colmo debo reconocer que, tras una investigación en la hemeroteca, la mayor parte de los hechos comprobables de esta historia han resultado ser ciertos. Consta así en el Arkham Advertiser que en el festival de invierno de ese año resultó elegida como reina del invierno una joven llamada "Verónica". Y consta, igualmente, que la misma fue asesinada en extrañas circunstancias el 12 de febrero de 1922, apenas una semana después. Su cuerpo muerto fue encontrado en el estudio de un pintor local, conocido por sus cuadros para la rica burguesía de Arkham: el señor David Staford. Y es precisamente cuando mi pariente estaba tomando un te con sus compañeros en los aposentos del club y estos le estaban contando los sucesos ocurridos en Nueva Orleans cuando sonó el teléfono. Era el mencionado David diciendo que ella estaba muerta, pero él no había hecho nada. Y pidiendo ayuda.

Por lo que resulta de los datos obtenidos debió ser aquel uno de esos inviernos duros, que asolan Arkham cada cuatro o cinco años. No infernal, pero sí suficientemente crudo como para que dos o tres palmos de nieve cubran cada una de las calles durante al menos un par de largos meses. Quizás eso justifique que, a esa primera hora de la mañana, el coche sufriera un accidente afortunadamente sin víctimas, que hizo que los caballeros del club (acompañados por Daphne Hidown) llegaran tarde, y cuando ya lo había hecho la policia.

En todo caso, la presencia de mi pariente, el honorable juez Thomas Stevenson y del agente del FBI Sean Mc Callajan facilitaron que la policía no pusiera pega alguna a que los caballeros del club les ayudaran en sus pesquisas. Pronto comprobaron que los hechos eran cuanto menos extraños: era evidente que había habido una pelea, y una búsqueda de algo, con todo patas arriba y las cosas tiradas por el suelo. También era evidente que la pobre Verónica había sido asesinada estrangulándola, y que el artista no recordaba nada, afirmando una y otra vez que, al despertar, la había encontrado así.

Había algo extraño en el curso temporal de los acontecimientos. Investigando descubrieron que quien había llamado a la policía, hacia poco, eran las vecinas del piso de arriba. Eso sería extraño... si no fuera porque descubrieron que habían llegado casi al amanecer y que trabajaban en alguna clase de antro nocturno. En efecto, tras una larga conversación Ainé Cloud (con la que se tomó el café nuestro buen caballero Harry McLendon) hizo que descartaran esas primeras sospechas: lo que se había oido era el grito del desafortunado artista al despertar y encontrar el cadáver de Verónica.

Mientras tanto, con el beneplácito de las autoridades, interrogaron a David quien insistió en no recordar nada sobre el destrozo en la casa, ni sobre la muerte de Verónica. Tampoco pudo dar explicaciones a que Verónica llevara en el cuello restos de pintura que coincidían con la hallada en las manos del artista, ni que los restos de estrangulamiento fueran iguales a los que había en su cuello. Sí resulta de su conversación que estaba obsesionado con un medallón que hacía una semana le había regalado a cambio de un retrato Alfred Stanley. Tras "tomar prestado un ratito" del lugar del crimen Daphne Hidown el diario del artista, comprueban que este se ha quedado corto: estaba claramente obsesionado con el medallón al que llamaba "medallón del Rey Amarillo".

Entre unas y otras pesquisas había empezado a anochecer y, al encontrar cerrada por ser domingo la tienda "Antigüedades Stanley" decidieron ir al club y releer varios libros por si encontraran algo que pudiera ser de utilidad.

Las lecturas les indicaron que el medallón que buscaban estaba de alguna manera vinculado con "seres de gran poder que vivían más allá de conceptos humanos como espacio y tiempo y que excedían a toda comprensión", pero no fueron capaces de llegar más allá. Pero no solo eso: tras leer el libro de la bruja Daphne Hidown quedó dormida con una gran agitación. Y tuvo pesadillas. Horribles pesadillas. Y cuando despertó ya no estaba en el Club de tiro de Arkham. Estaba completamente desnuda (salvo el pequeño medallón protector que le habían entregado hacía un par de semanas) y se estaba hundiendo en arenas movedizas, mientras lo que parecía una mezcla entre zombie, hombre y lobo descarnado, vestido con un elegante sombrero de copa) le observaba con curiosidad bajo un cielo estrellado que no podía ser de este mundo. Mientras tanto, los otros tres integrantes, Harry McLendon, Seth Aaron Donski y Sean Mc Callajandescendieron por las escaleras, y tras llegar a la caverna, los guardianes les mostraron otro camino en donde "iban a ser más necesarios" saliendo por un extraño cementerio de factura antigua y gótica, bastante avejentado, y empezando a pasear por el mismo mientras se preguntaban a donde habría ido a parar Daphne Hidown. Ella, por su parte, tras un momento de pasmo inicial, empezó a hablar con el gul (pues eso y no otra cosa era el ser con el que se había encontrado) quien con bastante amabilidad le indicó que no tenía motivo para ayudarla, puesto que si moría iba a comerse el cadáver. Obviamente no tenía intención alguna en hacer algo tan poco adecuado como matarla, pero... comerse el cadáver una vez muerta no le ofrecía problema moral alguno. En el diálogo, y tras las debidas presentaciones (el gul se llamaba Sr. Lafaux) finalmente, le ofreció una solución:entregarle el medallón protector que llevaba y, a cambio, le salvaría. 

Afortunadamente la llegada de los ya indicados Harry McLendon,Sean Mc Callajan y Seth Aaron Donski sirvieron para que el gul se marchara y bastó, también, para sacar del atolladero a nuestra enfermera preferida a la que, tras dar algo de ropa, indicaron donde estaba puesto que, de los tres, era la única que nunca había viajado a la Tierra de los sueños. Tras esto, y tras reunirse otros miembros del club que soñaron, nuestros héroes viajaron hasta un bucólico pomar en el que vivía, retirado del mundo, un antiguo soñador llamado Hans Grimm; tras una larga charla con él les indicó que tal vez podrían encontrar información sobre el medallón que obsesionaba al artista (y del que he olvidado mencionar que este los hizo un dibujo) en Thaderis "la de la gran biblioteca"Y más en concreto en la biblioteca que daba nombre a la ciudad. No obstante, les avisó, que la ciudad había cambiado de gobernantes desde la última vez que estuvieron allí, y ahora en la misma gobernaba una bruja llamada Maléfica.

Armados con ese conocimiento emprendieron viaje a Thaderis "la de la gran biblioteca", pero dos niñas con extraños poderes, sucesivamente, les avisaron que allí no eran bienvenidos por lo que habían hecho en la última vez que estuvieron, con lo que, al evidenciarse que el tono del segundo mensaje era menos cortés que el primero, (sin llegar a la agresión física, bien es cierto) nuestros héroes decidieron parar a esperar respuesta a su última propuesta: que harían algo por la bruja gobernante a cambio de poder acceder a la biblioteca de su ciudad. Mientras esperaban respuesta se introdujeron en un bosque, y a punto estuvieron de ser devorados por una manada de lobos inteligentes, aunque lograron engañarlos por un escasísimo margen. Regresaron, entonces, al punto donde habían encontrado a la segunda de las niñas, y esperaron. Y en efecto regresó con la buena nueva: Maléfica aceptaba. Y nuestros héroes solo tenían que acudir a un punto concreto en donde había la estatua de un hombre con túnica y sin cabeza, y darle la mano a la misma, y entonces tenían que escuchar e informar a la gobernante de cuanto vieran. Con bastante prevención por lo aparentemente fácil del encargo aceptaron. Tras un pequeño rompecabezas al encontrar la susodicha estatua fueron transportados a un lugar que descubrieron como la mismísima Arkham. Solo que la ciudad había implisionado (a falta de un término mejor) y las montañas de cadáveres estaban siendo pasto de cuervos y gules. Uno de esos gules llevaba el medallón que obsesionaba al artista, los vio, y ordenó a la manada de gules que le acompañaba que matara a los personajes. Pero justo en ese momento apareció el Sr. Lafauxdijo algo como "esto es lo que pasa cuando se deja a los niños jugar con cosas de mayores", e hizo un gesto.

Y como pasa en los cuentos "entonces nuestros héroes despertaron". Era ya lunes, (a pesar que en Tierra de los sueños habían pasado varios días, puesto que como todo el mundo sabe el tiempo es distinto en tales lugares) y decidieron ir entrevistarse con Alfred Stanley quien les contó que había adquirido el medallón en la cercana Brewster, en una subasta, tras fallecer el anterior propietario. Les dijo, igualmente, que vendió el mismo al señor John Bates pero, al fallecer este último en un accidente, lo recompró para, una década después, regalarlo a David Staford en pago de un cuadro que este le había hecho. Mi honorable antepasado, en Thomas Stevenson notó algo extraño en el relato y, tras presionarle, el anticuario reconoció saber algo tanto sobre Tierra de los sueños como sobre la droga plutónica.

Tras la conversación, y una vez salieron, se decidió llamar a la secretaria del club (la señorita Olivia Parker) para que vigilara la tienda de antigüedades, por si se hacía algún movimiento. Mientras el resto del club se repartió entre la biblioteca, la hemeroteca y la sociedad histórica de Arkham en donde buscaron información sobre Sr. Lafaux, sobre el medallón y sobre el Sr. Bates. En cuanto al primero se localizaron los registros de algunos de los primeros habitantes de Arkhamde finales del siglo XVII, y se encuentran referencia a un tal Sr. Lafaux"honorable sepulturero". Huelga decir que tal expresión produce una gran extrañeza por lo inusual de considerar honorable tal oficio entre los caballeros del club. Aún más extrañeza produce comprobar que la factura del medallón parece muy arcaica, hitita o sumeria. Es imposible que un anticuario regalara algo tan importante. En cuanto al Sr. Bates, este y su hijo fallecieron en un incendio hace trece años.

Mientras todo esto ocurre, Olivia Parker avisa al resto del club que el señor Alfred Stanley salió de la tienda de antigüedades al poco de irse ellos, y fue hasta la policía, donde estuvo una hora. Eso motiva que tanto Daphne Hidowncomo el honorable juez Thomas Stevenson acudieran a la policía, donde les atendió el Detective Harrigan. Éste les indicó que el forense, el señor David Smith, había sido quien había recibido al señor Stanley. Ninguno de los dos estaban en la comisaría en ese momento. Ello conduce a los investigadores a solicitar el informe forense, y a volver a revisar el cuerpo. Al hacerlo se dan cuenta de inexactitudes. Es verdad que, tal como se indica en el informe, la muerte de la joven se produjo por estrangulamiento (e igualmente cierto que las marcas de pintura y dimensiones del agarre parecen indicar con claridad la responsabilidad del mismo en el detenido señor Staford. Sin embargo hayan igualmente (lo que no está presente en el informe forense) que en la parte posterior del cráneo de la asesinada hay evidencia de lo que parece el golpe de una garra.

Armados con ese conocimiento investigan sobre los diversos puntos conocidos tanto en los archivos de la Sociedad Histórica como en la Biblioteca, de donde sacan que existen dos sociedades ocultistas en Arkham en la actualidad, la Logia masónica de Arkham y el Ojo de Amara. Pero no parece que ninguno de ambos tenga que ver con esta situación. También descubren que el Sr. Lafaux tenía origen francés, no tuvo descendencia, no hay crónica de su muerte y fundó el primer cementerio de Arkham; por su parte el señor Jonh Bates fue un conocido empresario, con una gran afición por las antigüedades.

Tras esto el grupo visitó al señor forense quien defiende su examen, aceptando que no dio noticia del tema de la herida en el cráneo, al achacar la misma a algún golpe con la pared o con algún colgante de la misma, en el forcejeo previo al momento de la muerte. Por su parte, tras entrevistarse nuevamente con el señor Staford resulta con claridad (según el examen de Daphne Hidown que el mismo tiene recuerdos bloqueados), y que sigue negando que matara a Verónica.

Ante estas circunstancias, el grupo visitó la cabaña del bosque donde se había refugiado el Gabriel Lost. El mismo sigue igual de estrafalario y extraño, si bien aún más extraño es que haya conseguido comodidades como electricidad en su cabaña. En la conversación llegan a un pacto: él les dirá a los investigadores lo que sabe, a cambio que le entreguen el medallón. En efecto, identifica el medallón, aunque salvo indicar que el mismo se refiere a algún tipo de entidad divina o primigenia cósmica no puede precisar de quien se trata. Sí, sin embargo, les indica que entre los distintos usos del mismo está el poder invocar al ser de quien el mismo depende... en una adecuada confluencia estelar que se producirá dentro de dos días. Gabriel Lost está convencido que si la ceremonia se lleva a cabo, la ciudad será destruida.

Decididos a apoderarse como sea del medallón, y saber la exacta implicación del anticuario Alfred Stanley en todo esto, los investigadores averiguan el domicilio de este (que resulta ser una casa señorial) y el padre Seth Aaron Donski le llama con el propósito de tentarle para una reunión. Tras una larga conversación de tiras y aflojas el anticuario decide ir. Su casa está siendo observada por varios de nuestros investigadores... que ven como a eso de la hora desde la llamada llega un coche con cinco tipos de aspecto hosco y, al poco, esos mismos cinco, el señor Stanley, el forense y otro tipo más van hacia el club de tiro en dos coches, en los que parecen haber introducido armas.

Se produce una tensa conversación que no llega a degenerar en combate, aunque falta poco. Finalmente ambos grupos se convencen que el otro no tiene el medallón, y que ninguno desea (cada uno por sus propios motivos) la destrucción de Arkam. El anticuario también informa al grupo de la posible implicación de un antiguo conocido suyo, el señor Robert Down, (que insinua se puede haber convertido en un Gul) que se obsesionó con el medallón. Aunque la implicación del anticuario en la muerte del señor Bates y en el actual estado del detenido señor Staford es clara, no se desatan hostilidades. Tras cercionarse que el anticuario regresa a su domicilio los investigadores tratan de dormir para acceder a Tierra de los sueños. Pero no lo logran. Al despertar deciden buscar algo más de información e ir luego al cementerio. En cuanto a la información descubren que hubo otro implicado en el medallón, también fallecido, y actor. A eso se suma que el señor Bates era, igualmente, aficionado de joven a la poesía y la novela. Llegan a la conclusion que el "Rey Amarillo" tiene una afinidad con los artistas. Es todo lo que Seth Aaron Donski y Gottfried Friederiksson II necesitan para comprender que el "Rey Amarillo" es un primigenio Innombrable.

Finalmente un pequeño grupo de aventureros se decide a buscar en el cementerio más antiguo de Arkham al señor Down, a fin de evitar que realice el ritual. Tras encontrar un pasadizo en una de las tumbas, van descendiendo, mientras se encuentran con diversos horrores que a duras penas logran evitar, siendo asistidos, nuevamente, por el Sr. Lafaux. Finalmente logran entrar físicamente en la Tierra de los sueños y encontrar a los gules que, dirigidos por quien un día fue Robert Down, se dirigen a realizar el ritual. Son demasiados, y las posibilidades de obtener el medallón subrepticiamente, muy escasas. Con lo que nuestros aventureros conciben el plan de dirigir a los gules al lugar en donde está el más terrible de los horrores encontrados, una ser enorme agusanado, capaz de causar terribles terremotos, que se encuentra entre el mundo físico y la tierra de los sueños. Habiendo debilitado la gruta, esperan que esta se venga abajo en el momento adecuado, gracias a los conocimientos del arquitecto Richard Wallace. El plan tiene éxito aunque a punto está el ser de devorarlos, o el derrumbe de aplastarlos, y la visión de ese ser hercúleo, agusanado, titánico, a punto está de destruir la cordura de nuestros héroes quienes, a pesar de todo, aún deben enfrentarse en una última lucha al único de los gules supervivientes, al señor Down, a quien vencen llevándose el medallón que, como habían prometido, entregan al señor Gabriel Lost. Posteriormente descubren que ha habido unos extraños temblores en una islote perdido, cercano a las costas atlánticas de la Nueva Inglaterra, y que el señor Lost falleció en la misma.

Del medallón no se sabe nada. Pero lo importante es que Arkham no ha sido destruida. David Staford es condenado un mes después en Boston como autor de homicidio imprudente, a dos años de prisión. Sin duda, una pena muy inferior a la que le hubiera correspondido de no ser por los investigadores.

Por cierto... el señor Richard Wallace ha empezado a sufrir sueños que solo pueden denominarse "raros". Muy raros.