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Entre todos los grupos de ladrones y asesinos que se mueven en las sombras de Vindusan destaca el conocido como «El Enigma del Halcón», el más extendido y con mayor poder de todos. En apariencia, se trata de una red formada por asesinos, espías, informantes, ladrones y contrabandistas que cierra todo tipo de tratos ilegales, controla algunos de los mercados clave y extorsiona a los mercaderes. La verdad tras esta red de información, que lleva funcionando desde hace ochenta años, es que fue fundada por Mylaela Glynzumin, mano derecha del líder supremo Draknessian, por orden directa de este. Su objetivo original era construir una red de información y espionaje al servicio del gobierno que le permitiese prever y evitar posibles conspiraciones en el seno de las grandes casas de Vindusan. Esta decisión fue tomada tras varios problemas de agentes enemigos, principalmente de Zaselsan, que se habían infiltrado en algunas de las casas gobernantes. Tras la muerte de Draknessian la red ha quedado directamente bajo el control de Mylaela, y nadie en el gobierno, ni siquiera Varcassian, conoce su existencia. Desde entonces Mylaela ha sido desplazada políticamente y su influencia en el gobierno es mucho menor, pero el control de esta organización le da acceso a una gran cantidad de información con la que manipular la política de la ciudad y a sus figuras más destacadas.

El Enigma del Halcón se organiza de manera piramidal, en una serie de pequeños grupos de entre tres y cinco miembros que responden ante un «halcón» que les transmite las órdenes, el único superior de la organización a quien conocen. Este halcón, a su vez, forma parte de una breve célula que responde ante otro halcón de nivel superior, y así desde Mylaela hasta el más bajo de los ladrones de la organización. Para poder llevar a cabo semejante tarea de espionaje, la red se esconde bajo la tapadera de una cofradía de ladrones organizada desde las sombras, y por lo tanto, muchos de sus miembros son ladrones, asesinos, contrabandistas y extorsionadores a los que se permite lleva a cabo sus negocios ilícitos a cambio de mantener a sus superiores informados y de realizar trabajos puntuales por el bien de la ciudad. En los zocos y tabernas son constantemente reclutados sujetos de todo tipo para mantener una organización fuerte que se financia, en gran parte, mediante las ventas del mercado negro, los robos y los chantajes. Por supuesto, muy pocos de todos aquellos que trabajan para el enigma saben realmente cuál es su función, pues creen que trabajan para una cofradía dedicada en exclusiva al crimen organizado.

Por si todo esto no fuese suficientemente peligroso, la organización segmentada y el desconocimiento entre sus miembros ha permitido a otra organización medrar en su interior, como un parásito que se infiltra en un huésped y crece infectándolo hasta que ya es demasiado tarde. Pensando que podrían resultar útiles, un «halcón» cercano a Mylaela reclutó hace un par de años a Vuanssuax, una vípera y clérigo de Talhi’bak que regía un pequeño culto mistérico dedicado a la señora demoníaca de los ladrones. Desde entonces, Vuanssuax y sus fieles han empezado a desenmarañar los secretos de la organización y, gracias a la bendición de Talhi’bak, están extendiendo sus tentáculos por las diferentes células con el objetivo de alcanzar la cabeza y poner a tan poderosa herramienta al servicio de su señora demoníaca.